Que un Gobierno reivindique me resulta extraño. No me llevo las manos a la cabeza como otros, pero me resulta extraño, algo pueril y populista. Me parece que el Ministerio de Igualdad es una idea populista, como tantas otras de este y otros gobiernos y que la ministra no hace más que cumplir el guión que se espera de ella.
Comprendo también que la RAE se enfade cuando la ministra no sólo utiliza mal el idioma sino que luego viene a decir "que sea el idioma el que se ajuste a mi concepción del mundo". Lo que no comprendo ni justifico ni me parece mínimamente aceptable es que el académico Gregorio Salvador diga cosas como "cualquiera puede inventar palabras y decir que las pongan en el diccionario". Siempre tenemos locos que escriben a la Academia pidiendo cosas peregrinas" o, en referencia al supuesto uso extendido de "miembra" en Iberoamérica, al que apeló la ministra en un claro ejemplo de torpeza total, conteste: "puede que alguna como ella lo diga; casi nunca nadie está solo en su propia estupidez, siempre tiene acompañantes".
Voy a evitar la clásica crítica de "este tío es un machista". Me parece irrelevante y discutible. Lo que está claro es que es un maleducado. Muy maleducado. La ministra Aído será más o menos competente, al respecto hay dudas provocadas no por su condición de mujer ni por su edad sino por su escasísima experiencia anterior al cargo, pero llamar a una ministra de un gobierno democrático "loca" y "estúpida" me parece una barbaridad y la propia RAE debería desmarcarse de esas opiniones.
Igual que algunos medios de comunicación que no hacen más que jalear al citado Salvador, claro.