El porno está por todos lados: en las conversaciones con Ajito tras los conciertos de Vetusta Morla, en los acosos de los tipos con guacheras a jóvenes adolescentes en el intercambiador de Avenida de América... y en la Sala Fabrik de Fuenlabrada-Humanes, donde desde hoy hasta el sábado se va a celebrar el Festival Internacional de Cine Erótico de Barcelona.
Cambian el lugar, pero no la referencia de origen, curioso.
El caso es que pensé que sería buena cosa pasarme por ahí a hacer un reportaje sobre la industria del porno: productores, directores, actores y sobre todo consumidores. Son tres días a 12 horas de porno al día: talleres, rodajes, espectáculos, música... así que me acredité. Quería captar algo, lo que fuera, y ponerlo sobre papel. Los personajes extremos me apasionan, como buen escritor.
Sin embargo, no iré. Cierto es que la organización no lo ha puesto fácil: el transporte gratuito empieza cuando ya ha acabado el horario de recogida de acreditaciones, la sala está francamente lejos, no garantizan la validez de la acreditación en fin de semana y ya les puedes mandar un email, que no te van a contestar. Además, de las dos acreditaciones que pedí -Hache iba a ser mi compañera de viaje-, sólo dieron una y de la otra ni se supo. Ni una explicación.
Pero lo verdaderamente importante es que el martes tengo la segunda parte de la Oposición, que mi tío toca mañana en Galileo, que Sonia presenta libro, que Fer cumple años, que hoy España juega una semifinal de una competición internacional de fútbol y quizás haya que esperar 24 años a que se repita...
De todas formas, creo que puede estar bien. Un rato. 36 horas de porno son muchas horas, pero un rato. Sí, yo creo que sí. Son 20 euros por día, más el desplazamiento, pero si les interesa lo sórdido, echen un vistazo a
esto y a ver si les convence.