Hay muchas cosas que me recuerdan al Mundial de baloncesto de 2006. También entonces se presentaba una generación joven de jugadores que lo habían ganado todo en categorías inferiores pero que, ay, tendían a fallar en las eliminatorias de las grandes citas intercontinentales. Pese a sus medallas en los Europeos, los Gasol y compañía habían caído sucesivamente en cuartos de final de los Juegos Olímpicos de 2004 y el Mundial de 2002.
Lo mismo había sucedido en el Mundial de 1998, en los años de Alberto Herreros. En 2000 ni siquiera se pasó de la primera ronda.
Sin embargo, aquellos chicos eran los mejores y vencieron todos los pesimismos y complejos y ganaron. Ganaron fácil, además. Sólo tuvieron un partido complicado, ante Argentina, por entonces campeona olímpica, equipo veterano y peleón a la que sólo se pudo vencer "por penalties", es decir, en el último segundo.
Y yo creo que ahora va a pasar lo mismo con el fútbol y lo creo firmemente no ya por una cuestión supersticiosa sino deportiva: España es, de lejos, la mejor selección de este Europeo y desde luego es mucho mejor que Alemania. Por supuesto, los alemanes son competitivos, extremadamente competitivos: han llegado a 7 finales de europeos y a 6 de Mundiales. Hace dos años, en casa, con un equipo atroz, casi llegan a la final. Este año, con lo mismo, pueden llevarse la Eurocopa.
Pero después de ver ayer a España, creo que la mitificación germana está fuera de lugar. ¿Iniesta es menos competitivo que Schweinsteiger?, ¿Cesc no le ha mojado la oreja mil veces a Ballack?, ¿de verdad Puyol y Sergio Ramos no pueden con Podolski y Klose? La defensa alemana es un chiste: Metzelder y Mettersacker. Sí, Metzelder. Dos buenos laterales ofensivos que hacen aguas atrás como Friedrich y Lahm.
Tienen el juego directo a la cabeza de Klose y las temidas faltas laterales y corners. Nada más. En la primera parte de su semifinal, Turquía les tiró 15 veces a puerta. Sentimos informar a los alemanes que España no es Turquía. Ni siquiera Turquía con Nihat hubiera sido Turquía sin Nihat.
En cuanto a España, la diferencia entre mi optimismo voraz de ahora y mi pesimismo de antes de jugar contra Italia, tiene una simple razón: cero goles recibidos en cuartos de final, cero goles recibidos en semifinales. Amigos, eso es lo que cuenta. Y contra Rusia nos podemos quedar con las triangulaciones y el despliegue ofensivo, pero lo realmente increíble es que ellos sólo tuvieran una oportunidad en todo el partido: un tiro de Pavliuchenko desde fuera del área, con rosca, que Casillas rozó con los dedos para desviarlo.
De Arshavin no se supo nada. Un pésimo síntoma. Ni siquiera bajó a recibir el balón o intentar algo. Probablemente se trate de esos grandes jugadores que sólo lo demuestran cuando les dejan.
La defensa española estuvo soberbia. Por supuesto, Puyol y Sergio Ramos por alto, pero también Marchena, imperial en su colocación y distribución del juego. Capdevila, presunto punto flojo de este equipo, aún no ha concedido un error en todo el torneo. Por delante, lo de Senna es espectacular. Su entendimiento con Xavi y con los centrales le convierten en el mejor centrocampista puro del torneo, a mi entender. Sus dos partidos en las eliminatorias han sido para enmarcar. Soberbio en el corte, en la colocación, sin arriesgar, con una precisión brutal... Tal fue el dominio de España que en la segunda parte casi ni se le vio.
Pero si alguien tiene que marcar la diferencia en este equipo son los medias puntas. Normalmente, dos: Silva e Iniesta. Ayer, tres: Silva, Iniesta y Cesc. Lo mejor de todo no es que sean de los tres mejores jugadores del mundo en su puesto, sino que ninguno llega a los 25 años (Iniesta, con 24 recién cumplidos, es el mayor de los tres). Silva es, en mi opinión, el mejor jugador de esta Eurocopa. Sí, mucho Arshavin y mucha historia, y es cierto que el valencianista no ha marcado más que un gol, pero su trabajo es brutal, desequilibrante. Defiende como un animal, conduce, regatea, tira, asiste, se desmarca, crea espacios... Es complicado encontrar un jugador tan completo y con tanto sentido en todo lo que hace. Insisto, con 22 años.
Lo de Cesc va a ser descomunal. Honestamente, creo que España juega mejor con cinco mediocampistas que con dos delanteros. Más que nada porque todos los centrocampistas tienen gol y proyección ofensiva y su movilidad vuelve locas a todas las defensas. Cesc dio dos goles y proyectó esa sensación del Arsenal de que el partido era suyo y podía hacer con él lo que quisiera. Una jerarquía concedida por el resto del grupo, que le buscaba sistemáticamente en cada ataque.
Preocupa Torres, pero todo apunta a que aparecerá. De momento, le pasa lo que le pasaba en el Atleti: que piensa mucho y se preocupa por demostrar cosas. En el Liverpool, lejos de las presiones, no duda al definir. Aquí, sí. Se tropieza, se resbala, afronta mal el balón, controla torpemente, define demasiado lento. En Inglaterra es más fácil: correr y cruzar. Puede que a la espalda de Metzelder se reencuentre con esas sensaciones.
Luis hizo bien en cambiarlo por Güiza, aunque hizo mal en cambiarlo en el minuto 65. Por supuesto, salió de lujo, pero agotar los cambios cuando vas 1-0 y quedan 25 minutos de partido, más los posibles de la prórroga es demasiado arriesgado. Aragonés se dio cuenta de que faltaba un rematador. España llegaba como quería y a cada jugada había un pase definitivo que necesitaba de un tipo que no pensara sino resolviera. Güiza ha marcado casi 30 goles en la liga española este año haciendo eso.
En definitiva, es la mejor Eurocopa en al menos 30 años y es probable que España la gane. Podemos estar contentos, ¿no?