Uno se pasa el día buscando milagros. Ni siquiera pidiéndolos, porque no sabe a quién, sino esperándolos y persiguiéndolos. Una vez en Barcelona encontré uno y sonreía como una niña mala.
Ayer se produjo otro: salió el tema 66 en las oposiciones. "El cine en lengua inglesa". Yo creo que se me da bien escribir, también en inglés. Me expreso con fluidez y cierta riqueza de vocabulario. Cohesión y coherencia y esas cosas. Con todo, las posibilidades de que cayera un tema que no fuera de lingüística o derivado eran muy remotas.
Así que un posible 0 se ha convertido en un posible 6 ó un 7 de repente, porque, como bien decía mi tío Coque, el único tema que quizás me podría haber sabido mejor hubiera sido uno dedicado a Radiohead directamente.
Y con ese subidón, el resto del examen muy bien, la verdad. Contento, al menos. Luego los resultados serán los que sean, pero poner la bola en el green de dos golpes con la rodilla así me parece realmente milagroso e inesperado.
¿Era el milagro que estaba esperando? No. En mi lista había otros antes: ganar concursos literarios, conseguir un editor, un agente, escribir un relato maravilloso, encontrar una chica normal que no tenga miedo... pero supongo que los milagros que aparecen son los que tienen que aparecer y que la ley de atracción -por cierto, email de Santiago de Lucas esta mañana- me está diciendo algo.
En fin, si las noticias son buenas, seguiré informando. Si no, den por hecho que todo sigue igual...
El Estado es un sensor
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*por Yaiza Santos*
Enumeró, en contra de su costumbre, lo que hasta ese momento había
declarado el señor Víctor de Aldama ante el juez. Por ejemplo los p...
Hace 11 horas