El párrafo introductorio del director de "El País" en su entrevista a Zapatero es un verdadero ejercicio de funambulismo. Qué sutileza. Recordemos que Javier Moreno se ganó todo mi respeto con una devastadora entrevista al entonces candidato antes de las elecciones generales. Ahora, se maneja entre la tradición -el apoyo que su periódico da siempre al PSOE- y la realidad -la discutible idioneidad de Zapatero como presidente-.
Moreno dice cosas como: "alguna de sus ministras se ha visto enzarzada en polémicas entre estériles y adolescentes", "¿Acepta las críticas? Por lo general, no " y, sobre todo, "Más aún, en un momento de la conversación, y a una pregunta sobre el incumplimiento de los ayuntamientos de una cierta normativa anticorrupción, salta la sorpresa: no sé, viene a contestar el presidente con tranquilidad, algo impensable en el Rodríguez Zapatero de la primera legislatura, cuando hubiese hilado un discurso en galimatías con tal de no quedar en evidencia."
"Discurso en galimatías". Es decir, las palabras al servicio de la política. Esa introducción da la imagen de un tipo al que la realidad le está empezando a pasar por encima y ya no le quedara el entusiasmo de vestir la mona de seda. Zapatero, el gran prestidigitador, dando el sí de los locos al director de "El País", ni más ni menos.
Y el director de "El País", concluyendo: "Es, definitivamente, un Zapatero más maduro que el que gobernó España, muchas veces de sobresalto en sobresalto, entre 2004 y 2008".
El Estado es un sensor
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*por Yaiza Santos*
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