Hay algo que no me gusta nada del tratamiento mediático del "caso Mari Luz", la niña de 5 años asesinada en Huelva, presuntamente por Santiago del Valle. Y lo que no me gusta nada es, ni más ni menos que ese "presuntamente".
Las fórmulas legales tienen que ser algo más que una convención amable. Cuando, por ejemplo,
elmundo.es habla de "el presunto asesino", tiene que ser por algo más que por el respeto a un imperativo legal, tiene que partir del convencimiento de que todo el mundo es inocente hasta que no se demuestre lo contrario, que no se puede hacer toda la información partiendo de que alguien es culpable, de que alguien es un asesino, dar su nombre, los de sus familiares, contar su vida... cuando aún no sabemos si es culpable o no.
Por supuesto, sabemos que abusó sexualmente de su hija. Eso dice mucho de él. Lo sabemos porque lo ha dicho un juez. Sin embargo, sobre Mari Luz el juez no ha dicho nada. Todavía. Por supuesto, todos pensamos en el "todavía" como pensamos en el "presunto". Es decir, todos estamos convencidos de que Santiago del Valle es el asesino de Mari Luz. ¿Por qué? Porque antes abusó de su hija. Un círculo vicioso.
Todo esto está levantando un debate lógico, pero apresurado: ¿qué hacemos con los delincuentes patológicos, con esos delincuentes que no son reinsertables en la sociedad? Sarkozy propuso castrarlos químicamente. Se le echaron encima. Algunos proponen ahora la cadena perpetua. Esa gente no puede salir a la calle, y el mejor ejemplo es Santiago del Valle.
Porque Santiago del Valle ha reincidido, claro. ¿O no? En cuanto empieza la discusión mediática en esos términos, el "presunto" desaparece. Santiago del Valle
es culpable. Si no, no hay debate. No hay castración. Yo no estoy diciendo en ningún momento que este tipo no sea culpable. Digo que lo desconozco. Y digo que, por ley, se debería respetar su presunción de inocencia. Pero que entiendo que "por ley" no es un eufemismo, es una regla básica de convivencia. Porque ahora le ha pasado a él, pero mañana le puede pasar a cualquiera.
Linchar mediáticamente a las personas es peligroso. Produce errores. El pueblo ha linchado por error varias veces, pero se supone que la masa... ¡ah, la turba!... Puede que esta vez la masa y los medios acierten. Es probable. Sólo digo que es injusto, porque si acierta, en el fondo, acierta por casualidad. Todos sabemos que abusó de su hija. Lo sabemos porque nos lo ha dicho un juez, que es la única manera de saber las cosas en un Estado de Derecho. Pero nadie sabe si mató a Mari Luz. Nadie lo ha dicho.
La legalidad no puede estar supeditada al espectáculo ni a las pasiones, lo siento. Eso me parece.