martes, marzo 11, 2008

Y después de Rajoy, ¿qué?

Último comentario político, para culminar una cobertura de las elecciones generales creo que más que digna.

Sobre el Gobierno de Zapatero no hay muchas dudas. Tiene margen de sobra. Dice de pactar con CiU o PNV. Complicado. CiU no puede gobernar en Madrid con su máximo rival en Cataluña. No sé si lo entenderían sus votantes, podría pasarle algo parecido a lo de ERC. El PSOE, a su vez, no puede gobernar con el PNV... mientras Ibarretxe insista en lo del referéndum, que sería la exigencia de entrada para un acuerdo.

Así que gobernará solo y sin demasiados problemas, porque, al fin y al cabo, ni PNV, ni CiU, ni ERC, ni BNG ni IU se van a aliar en su contra con el PP.

Lo que queda, por tanto, es el propio PP. Se habla de la sucesión de Mariano Rajoy. Voy a decir algo tremendamente impopular: a mí, Mariano Rajoy no me da miedo. Me parece un tipo bastante normal, su periódico favorito es el "Marca", habla mucho de sentido común, trabajador y tal. Mediocre, desde luego. Pero, ¿miedo? No, no me da miedo.

Lo que es evidente es que a muchos sí les da miedo, porque lo vinculan con Aguirre, con Zaplana, con Acebes, con Rouco Varela, con Jiménez Losantos, con Aznar, con Alcaraz... y es más que probable que, dentro de su mediocridad, Rajoy se haya dejado vincular demasiado.

Ahora bien, este tío, aunque ha perdido dos elecciones seguidas, ha conseguido casi igualar el record de votos del PP en su Historia, a unos 200.000 de los que consiguió Aznar en 2000. No es un desastre. Y, puede que, con el tiempo, hasta acabe cayendo bien. Ya se sabe, la estética del perdedor. Pobre hombre, siempre a rastras. Quizás, al final...

Porque lo cierto es que detrás de Rajoy no hay nada... Es cierto que en 1989, Aznar era poco más que nada y que en 2000, Zapatero era absolutamente nada, pero, ¿merece la pena arriesgar tanto con diez millones de votos y 153 escaños? Veamos: hay que descartar a gente con pasado en el Gobierno Aznar. Eso quita a Acebes y Zaplana, por supuesto. ¿Aguirre o Gallardón? Sería lo lógico, pero... ninguno de los dos es diputado. ¿O se creen que esa pelea de enero era por nada? Los dos sabían que iban a perder y los dos sabían que el siguiente líder de la Oposición al menos tenía que tener un escaño en el Congreso. En el puesto que fuera.

Así que ni Aguirre ni Gallardón, al menos de momento. Quita a Camps, Valcárcel y Arenas, tampoco tienen escaño. Catalanes, vascos y gallegos se han hundido. Nada. Sólo me queda un nombre, Esteban González-Pons. De González-Pons sé que es íntimo amigo del director de un periódico digital de derechas y que tiene buena prensa. Sé que es el número dos de Camps y que ha ganado -barrido- a Fernández de la Vega en Valencia.

Es uno de los diputados más votados del Congreso y no tiene pasado Aznar. Cumple los requisitos. Pero, ¿quién lo conoce? ¿Merece la pena ese riesgo? Desde mi punto de vista, unas Elecciones no son sino un plebiscito sobre la acción del Gobierno. Si la gente está medianamente contenta, el presidente repite. Si no, lo largan. Puede que Rajoy sólo tenga que limitarse a eso, a que la gente se canse. Y que las caras que cambien sean las de alrededor...