Ayer me pasaron las primeras pruebas de corrección de mi libro. Maquetado y en rojo y amarillo. Sólo le faltaba un himno. La introducción y unas pocas páginas, para que me hiciera una idea de cómo trabajaban.
Me sentí ante el comienzo de algo. Una carrera, quizás, aunque la meta sea un puntito allá a lo lejos, que va cambiando de lugar según parpadeas.
Soy un escritor al que le mandan las pruebas de corrección de su libro. ¿Ven? En tercera persona las cosas siempre quedan mejor. Las cosas buenas son mejores y las malas, peores. La tercera persona es una bendición, si se piensa bien.
Si se tiene vértigo.