De todo aquello, recuerdo los muchos grados al sol en el parque del Retiro y la infinita paciencia de Sid contestando preguntas a pares, porque Javier Brizuela y yo compartimos cuestionario. Releyendo la entrevista sobre papel, hay muchas cosas que me interesan, pero una que ya me impactó en su momento, la referencia al dopaje y al racismo, dos temas que siguen siendo tabú en España o que, peor aún, se suelen ventilar con un "es que no nos entienden". Pues habrá que empezar a hacerse entender. Me refiero a esto:
¿Se piensa desde el extranjero que el deporte español tiene un problema de racismo? En los últimos años ha habido episodios polémicos, como la campaña de la selección de basket para los Juegos de Pekín o las palabras de Luis Aragonés a Reyes hablando de Henry.
Tristemente creo que sí se piensa. En España se puede percibir, pero de otra manera. Yo también intenté en Inglaterra (y creo que fracasé) matizar esas acusaciones sobre el deporte español. Que vengan los ingleses a decir a unos aficionados al fútbol cómo deben comportarse es la leche. Esa sensación de superioridad moral inglesa tiene que ser muy difícil tragarla, pero los ingleses ven que España tiene otra actitud respecto al racismo. Puede que esa diferencia tenga que ver con las oleadas de inmigración. La inmigración en Inglaterra empieza en los años 50. En ese sentido España está a 40 años de Inglaterra. Las actitudes que había en Inglaterra se cambiaron en función del enfrentamiento con gente negra. A partir de ahí, Inglaterra se convirtió en un país muy sensibilizado con el tema del racismo. Quizá por esto ve con frecuencia muestras de racismo en otros países que igual no son tales, lo que curiosamente también es una forma de racismo.
Después del famoso partido contra Inglaterra en el Bernabéu (2004) hubo muchos comentarios en España que decían que Inglaterra buscaba una cortina de humo con el tema del racismo porque había jugado muy mal ese día o porque Rooney había perdido los papeles. Pero no fue por eso. Los gritos racistas de aquel partido escandalizaron de verdad a los ingleses. Amigos míos fueron al campo y dijeron que no habían visto nada igual desde los años 70. Con lo de Luis Aragonés también hubo polémica. Se dijo que la frase se sacaba de contexto si se sacaba de España, pero se tenía que sacar, porque se hablaba de Henry, un futbolista francés que jugaba en Inglaterra. Además las palabras venían del seleccionador español. Creo que Luis Aragonés se equivocó diciendo eso, pero Luis no tenía la intención de atacar a Henry.
En cuanto al tema de la selección de baloncesto, ahí sí que me equivoqué. En el artículo que escribí, no fui capaz de matizar como tenía que haber matizado que el gesto de los ojos rasgados en España no tiene por qué ser ofensivo. También hubo un párrafo que había escrito que no salió publicado en el periódico por cuestión de espacio. Yo no tengo la maquetación, sino que mando el texto a la redacción y ahí lo editan. Y quitaron un párrafo en el que decía que el gesto se puede ver como una muestra de simpatía y de abrazarse a la cultura china, pero que no se suele ver así.
Otro problema que se suele asociar al deporte español, guiñoles franceses aparte, es el dopaje. De hecho, fue uno de los factores que jugaron en contra de Madrid la última vez que aspiró a organizar unos Juegos Olímpicos. ¿Crees que España combate el dopaje lo suficiente en relación con otros países?
Sinceramente no lo sé, pero veo ciertas cosas que a veces te hacen pensar que se podría hacer más. También se tiende a politizar el tema, lo que me parece problemático. Para mí es difícil dar una respuesta porque en los medios ingleses se tratan dos o tres deportes normalmente, y entre ellos no está el ciclismo, que es un poco el foco de todo. Tengo amigos italianos que dicen que en Italia los controles son mucho más serios. El tema de Eufemiano Fuentes, por ejemplo, clama al cielo, aunque no conozco todos los detalles de la cuestión del dopaje en España.
Lee la entrevista completa de forma gratuita, con fotos de Felipe Hernández Durán en JotDown Magazine. Sí, las greñas de la foto son mías, pero ya he metido tijera y nunca mejor dicho.