lunes, octubre 31, 2011

Entrevista a Eduardo Chapero Jackson en Neo2


Después de años ganando premios y premios como cortometrajista, Eduardo Chapero-Jackson se lanza al vacío con una apuesta más que arriesgada: “Verbo”, la historia de una adolescente en conflicto con un mundo de atonía y rutina, no es una película al uso: combinando música, diseño artístico y una sensibilidad fuera de lo común, Eduardo consigue recrear un universo propio en el que el espectador se siente cómodo, muy cómodo. La sensación que cualquiera tiene cuando habla con él, siempre tranquilo, sonriente y pausado.

Del corto al largo

La experiencia te ampara pero la sensación de dominio es peligrosa: los trucos no sirven si no estás atento. Cada película, sea cortometraje o largometraje, es una nueva aventura, supone ponerse al borde del abismo y ser consciente de que es posible que no salgas adelante… Sé que hay una expectativa con respecto a la película pero conforme se acerca el estreno, la sensación es más bien de ligereza, como si me hubiera quitado algo que me tenía embarazado y por fin sale al mundo. No sólo es la satisfacción de haberlo hecho sino de haberlo hecho como quería. Es una sensación muy potente, saber que ahora viene el escrutinio de los demás. Te hace sentir vulnerable, es curioso…

El miedo escénico

No es algo que tenga muy presente. Te asomas a una zona de riesgo poniendo todo lo que sientes… y lo otro –el público, la crítica- no lo controlas. Tengo más miedo a un vacío, a que la película desaparezca en seguida de los cines, que no le diga nada a nadie. Es una película que apela al idealismo  pero no de forma ingenua, sino sabiendo que lo que predomina ahí fuera es el cinismo. Lo bonito es que en los pases previos la gente se ha emocionado, así que se ve que hay algo ahí que resuena, que mueve por dentro.

La adolescencia

Es una edad clave y latente el resto de la vida, no importa la edad que tengas. Tienes que manejarte sobre la marcha entre los ideales y la realidad, buscar espacios… Lo que me movió fue mi experiencia personal, la de haber crecido sintiendo un déficit de referencias, en un barrio masificado y desarraigado, con una educación que no entendía y no trataba la inteligencia emocional, que es lo más importante para manejarte en la vida. Los conocimientos prácticos los puedes adquirir luego pero esa educación emocional la necesitas en ese momento.

 Es lo que le pasa a Sara: que está perdida, pero este es un problema en todo Occidente: el vacío. Yo quería mandar un mensaje positivo a partir de esa batalla que puede llegar a matarte en vida: es un viaje a la sombra del que se aprende. Hay que dejar de actuar con los adolescentes como si no pasara nada, estamos ante una epidemia casi de chavales con problemas emocionales muy serios y que no se tratan en la educación convencional.

La cultura urbana como catarsis


Siempre me ha conmovido el origen del hip-hop, su carácter reivindicativo pero siempre creativo, en barrios sin esperanza como el Bronx. Tiene algo social de rabia y a la vez de superación...

Puedes leer el resto de la entrevista en el número de noviembre de la revista Neo2