Pensé que sería un buen fin de semana para hacer sondeos cara a las próximas elecciones municipales, más que nada para ver si las declaraciones algo desesperadas de Barreda pidiendo un cambio de rumbo para salvar los resultados electorales de 2011 estaban justificados o no. Sin embargo, no he encontrado nada de Castilla La Mancha, lo más "nuevo" que he visto es un sondeo de Sigma Dos de septiembre que daba al PP 27 escaños por 22 del PSOE y por tanto a Cospedal como presidenta.
No sé cuánta credibilidad tiene el sondeo que esgrime el PP andaluz. Supongo que ninguna, quiero decir, no niego que ese sondeo exista, pero igual hay otros diez iguales y este es el único con unos resultados tan improbables como que el PP gane en
Andalucía... ¡con mayoría absoluta! En cualquier caso, dejo aquí los datos:
PP 56-57, PSOE 45-46, IU 7.
Más credibilidad tienen los sondeos que este fin de semana publican El País y El Mundo sobre Valencia y Madrid respectivamente:
Valencia: PP 60, PSOE 33, IU 6. Estos resultados a mí me parecen casi dramáticos: con toda la trama de corrupción de Castellón a Alicante que involucra al propio presidente y los valencianos siguen votándolo. También dice todo del estado actual del PSOE que no sea capaz de recortar ni un diputado e incluso pierda cinco con respecto a 2007. Un auténtico desastre, vaya.
Madrid: PP 77, PSOE 41-42, IU 10-11. Me llama muchísimo la atención que ni siquiera en Madrid se considere a UPyD como una opción, puesto que se queda en el 4%. Me cuesta mucho creerlo. Puede que la efervescencia de 2008, cuando Rosa Díez ganó un escaño en las elecciones generales, haya pasado, pero a mí me sigue pareciendo una alternativa razonable tanto para determinados votantes del PP hartos de la corrupción de su partido como votantes del PSOE hartos de la inutilidad manifiesta de sus dirigentes. Si en este momento de este país, único en la historia reciente en términos de mediocridad, no hay espacio para terceras o cuartas opciones, ni siquiera se contempla el riesgo, será que el propio país está lleno de cobardes mediocres.
Que siempre es una opción, claro.