Yo lo he intentado casi todo: he jugado al fútbol, al baloncesto, al tenis... he estudiado mi carrera, he trabajado en muchos sitios, vendiendo burras y fabricando basura, he escrito novelas y relatos e incluso dirigí un corto. Todas esas cosas. Algunas las he hecho bien, seguro, casi es una cuestión de estadística. Sin embargo, solo me voy a casa pensando "qué bueno soy" después de dar clase. Sea de inglés o de relato, eso da un poco igual. Me apasiona dar clase. Y se me da bien. La pena es que en la Escuela Oficial de Idiomas sean capaces de rechazar a profesores con pasión, talento y un 7,8 en las oposiciones a cambio de otros que han hecho "méritos". Bien por ellos y por los sindicatos que negocian los acuerdos. Nada que agradecerles, por otro lado. Cuando vuelva intentaré que todo siga igual y me vaya de Tres Cantos o Torrejón o Ciudad Lineal o donde sea pensando exactamente lo mismo: "Qué bueno soy".