martes, septiembre 23, 2008

Tiro en la cabeza


Parece que Jaime Rosales la ha montado buena con su última película, que se estrena esta noche en San Sebastián, aunque ayer hubo pase de prensa. Digo "parece" porque al final no fui sino que me quedé tomando una Coca-cola con Marian y con la entrañable y talentosa Roser Aguilar, protagonista y directora de "Lo mejor de mí", una peli humilde, sin pretensiones, llena de entusiasmo y juventud y que ha desbordado por completo las previsiones gracias a un buen montón de actuaciones impecables y a un trabajo de fotografía más que correcto.

Quizás se hace un poco corta y hay cosas que no terminan de encajarme, pero pasan cosas. Sin estridencia pero sin caer en pausas eternas. Buen cine. Interesante. Lástima de proyector desenfocado.

Pero, bueno, estábamos con Jaime Rosales y "Tiro en la cabeza", película en la que se recrea el asesinato de dos guardia civiles en Francia en diciembre de 2007. Dicen los que la han visto que es un abuso de arte: una hora y media de película en la que sólo se pronuncian dos palabras. Al parecer, la gente se fue yendo del pase de prensa hasta dejar el Principal medio vacío. ¿Cuestión estética o ética? Imposible saberlo desde fuera.

Porque la ética es otra cuestión importante en estas cosas. Hablábamos hace ya casi una semana de lo complicado que era dramatizar el Holocausto. Con el terrorismo pasa algo parecido: ¿qué punto de vista adopta el realizador? ¿Se puede intentar ser neutral entre víctima y asesino? Vale, el asesinato está ahí, pero ¿enseñarlo sin más no es una manera de trivializarlo, de desinfectarlo, de convertirlo en algo limpio, un hecho más de la vida? La gente equivocada en el lugar equivocado.

Hay una cosa que me preocupa mucho y tiene que ver con lo que comentaba ayer de "Hunger", la película en la que los terroristas son héroes y los funcionarios de prisiones reciben su justa recompensa. No es ya que se puedan filmar esa clase de películas. Yo quiero vivir en una sociedad en la que la gente puede filmar esa clase de películas aunque a mí me repugnen moralmente. Quiero vivir en una sociedad en la que esas películas incluso se exhiban en festivales. Con cadáveres calientes y todo.

Pero no sé si quiero vivir en una sociedad en la que una película así aparece como la más valorada por el jurado joven. Un 8,5 sobre 10. Me asusta profundamente que los jóvenes asuman con entusiasmo todo ese mensaje de "hay que morir (y matar) por las luchas justas", por muy atractivo que resulte eso para un adolescente o post-adolescente. La película de Steve McQueen -no confundir con...- no sólo es un panfleto pro-IRA, maniqueo, tramposo y escatológico, sino que además está muy mal contada, es un caos narrativo, con secuencias larguísimas seguidas de otras sin sentido, planos mantenidos sin explicación, una pretenciosidad y petulancia espantosas, una presentación de personajes patética...

La única razon por la que a un jurado joven le puede gustar algo así es porque les apasione el mensaje. Un tipo que se mata de hambre con tal de no ceder en sus derechos: que los paramilitares (así se les llama a los terroristas en el filme) tengan un estatus político en la cárcel. Como si "paramilitar" y "político" no fueran términos totalmente antagónicos...

En fin, me preocupa la distancia y me preocupa la pasión. Suceden cosas terribles a veces y la gente no es ya que mire a otro lado, es que parece que vitorea.