Dejando aparte su gusto por la moda, que no deja de ser el suyo, y no vamos a analizarlo aquí, John Malkovich ha sido el autor de una de las mejores respuestas de todo el festival. Esta es: "(Sobre las elecciones estadounidenses) No tengo nada que decir, no me dedico a eso y no me gusta hacer comentarios sobre esas cuestiones. Las personas votan, eligen al que eligen y pasa lo que pasa. Y esperemos que ninguno de los dos candidatos necesite de mis consejos, porque, si los necesitasen, no deberían ser candidatos".
Soberbio.
Hace unos años -debió de ser 2003, guerra de Irak- le dieron el Premio Donostia a Sean Penn y toda la rueda de prensa estuvo dedicada a Bush. Ya lo he dicho mil veces: si el cine y sus alrededores se preocuparan menos de Bush, el mundo sería mucho mejor. Es un personaje que no se merece tanta atención y desde luego los espectadores no merecemos tanta cantinela. Suficiente tenemos con sufrirle en los periódicos y la realidad.
A lo que iba, cuarenta minutos de rueda de prensa con un tipo al que le daban un premio a toda su carrera como actor... y su carrera como actor pasó completamente desapercibida. El cine no puede quejarse de que no llama la atención del público, cuando sus propios protagonistas -y alrededores, es decir, medios de comunicación- se empeñan en llamar la atención sobre otras cosas.
Que esto no quiere decir que un actor no pueda tener una opinión política y decirla y defenderla. Como un panadero. Pero démosle a cada cosa la importancia que tiene. Un excelente actor no tiene por qué saber más de política que un excelente barrendero. Entiendo que eso es lo que piensa John Malkovich, y estoy de acuerdo.
El Estado es un sensor
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*por Yaiza Santos*
Enumeró, en contra de su costumbre, lo que hasta ese momento había
declarado el señor Víctor de Aldama ante el juez. Por ejemplo los p...
Hace 10 horas