miércoles, junio 04, 2008

Vetusta Morla en el festival Ou Yeah!


Hablo con Guille en la barra del Galileo. Le explico lo que ya le he explicado por Internet, lo que probablemente ya le haya explicado Julia en alguna ocasión. Es el primer día del Festival Ou Yeah! y quedamos unos cuantos -más de los habituales- apurando copas. Guille está contento, muy contento. La respuesta del público es brutal. Ahora tienen que defender el disco en directo, con varios conciertos digamos que estándar. Bilbao, Valladolid, Madrid, Valencia... no paran.

El nombre de Pucho sale, como es normal. Pucho es un fenómeno mediático en ciernes, aparte de un cantante descomunal. Maneja al público como quiere, con una elegancia brutal. No es Freddy Mercury ni Roger Daltrey. No es Liam Gallagher. Disfruta con lo que hace y hace disfrutar, pero sin obligarte. ¿Me entienden? Odio los cantantes que se pasan el concierto diciéndote lo que tienes que hacer. Pucho lo muestra, si quieres te unes. Si no, no.

Le digo a Guille que yo me uní, como un quinceañero, como esos conciertos de Hole en los que nos pegábamos para que Courtney Love nos escupiera. Le digo que incluso eché de menos los empujones y codazos propios de conciertos de tanta intensidad. La intensidad de Vetusta Morla es sorprendente. Pocas veces he visto algo parecido. Han hecho un disco que se puede escuchar con tranquilidad de fondo de traducción y que luego es una bomba en directo.

El final de "La Cuadratura del Círculo", con el Indio pegándole como loco a la batería y todos subiendo el volumen y el ritmo es alucinante. El "Saharabbey Road" con chicos y chicas divididos, con Pajaro Sunrise y Zahara subidos al escenario, compartiendo euforia, es un himno en el buen sentido. Un himno que compartes, no que te imponen. La diferencia con Brian May o algunas canciones de Arcade Fire.

Es una gozada verles y escucharles. Con sonido en los monitores o sin sonido, da igual. Es una gozada ver a Pucho hacer el ganso con Zahara y sentir cómo se prolonga la canción hasta el límite de las 12.

Guille se muestra sereno. Es un tipo sereno. Para ellos, todo esto no les pilla de nuevas. Si acabaran de empezar, todavía, pero son casi 10 años juntos. En eso está la clave. En la paciencia. El festival sigue mañana pero para mí acababa hoy. Ha sido un reencuentro con algo precioso.