Es el primer día de una larga temporada de promoción. Blanca
y Jan parecen un poco superados, entrando y saliendo del probador con distintas
prendas, conscientes de todo lo que les espera por delante: la enorme
responsabilidad y expectativa de haberse convertido en los nuevos “chicos
Almodóvar”, una etiqueta que resiste al paso del tiempo. Es el primer día de lo
que será un verano agotador y además de parecer guapos e irresistibles en las
fotos, saben que tienen que medir muy bien lo que contestan a las preguntas,
como si aparecer en el radar te obligara a tener determinadas respuestas.
La gran noticia
Blanca.- Me quedé un poco paralizada. Todos en algún momento
de nuestra carrera hemos pensado “¿Y si nos llamara este director o este
otro…?” y cuando ves que realmente ocurre, dices: “No puede ser verdad”
Jan.- Yo ya llevaba casi un mes en “el viaje de no saber”
porque la exigencia de Pedro en las pruebas ya era altísima. Estaba sumergido
en un trabajo muy profundo que me movía muchísimo las emociones, así que en el
momento me pareció un paso más, solo cuando fue bajando esa intensidad pude
sentir alegría, ilusión… miedo.
La primera vez con
Almodóvar
Jan (pensándoselo mucho).- Me acuerdo de ver en la
televisión “Mujeres al borde de un ataque de nervios” y tengo la imagen de algo
con muchos colores, muy atractivo.
Blanca.- En mi casa teníamos una estantería con todos los
VHS y recuerdo la carátula de “Tacones lejanos”, que me encantaba, me quedaba
ahí mirándola y le pedía a mi madre que me la dejara ver, pero, claro, ella no
me dejaba, todavía era muy pequeña.
Pedro y el drama
J- Por supuesto que no fue fácil. Te metes en lugares
emocionalmente muy intensos y yo, como Vicente, mi personaje, soy muy “de ir”:
si me meto, me meto, me gusta compararme con la imagen de una flecha. Directo.
Llegué a perder seis kilos en un mes y trabajé muchísimo con Elena Anaya para
coordinarnos. Luego, trabajar con Pedro fue muy fácil porque los dos somos muy
exigentes y queríamos más siempre así que nos compenetramos muy bien y le estoy
muy agradecido como actor, tanto en lo que me explicó del personaje como a la
hora de dirigirme.
B- A mí me explicó muy claro lo que quería: me dio la línea
de pensamiento del personaje, una serie de antecedentes para entender el
dramatismo, qué tipo de trastorno tenía, incluso llegamos a investigar la
medicación que necesitaría una persona así y jugamos con ello. Desde luego, él
lo tenía todo muy claro y me ayudó a tenerlo claro a mí.
Lee el resto de la entrevista en el número de septiembre de la revista Neo2, con sesión de fotos brutal de Javier Morán