Después de
la muerte de Alexandre, venía a decir aquello de "solo nos quedan Berlanga y Saza". Probablemente, aquello fuera injusto, porque quedará mucha más gente que han quedado un poco en el olvido, pero esos dos fueron los nombres que me vinieron a la cabeza. Lo de los últimos años viene siendo una terrible escabechina. Desgraciadamente, Berlanga falleció ayer en circunstancias que aún ignoro pero que supongo tendrán que ver con sus 89 años.
Intentar abarcar su importancia en el cine español es imposible en unas líneas. Basta con reparar en que cada necrológica era un poco la suya: si moría López Vázquez hablábamos de "La escopeta nacional", si moría Emma Penella hablábamos de "El verdugo", si moría Manuel Alexandre era imposible no recordar "Plácido" o "Todos a la cárcel". Berlanga se nos iba quedando en cada nuevo obituario hasta que al final decidió convertirse en protagonista.
Por derecho propio, no solo el más grande director de la historia del cine español sino uno de los más grandes de la historia del cine europeo durante más de 30 años, dejaré a un lado sus últimas películas.
Mi primera idea de la muerte de Berlanga tiene que ver precisamente con "París, Tombuctú", si no me equivoco -hablo de memoria- la película con la que decidió acabar su carrera allá por 1998 o 1999. El final era un plano que se iba abriendo y dejaba ver una inscripción en una pared en forma de graffiti: "Tengo miedo. Luis G". Aquello me aterró. Parecía una carta de despedida en toda regla. A Berlanga le pasaba algo, pensé, o al menos él está convencido de que le pasa algo. No debió de ser así porque de aquello hace once años, pero no volvió a dirigir, supongo que en parte por falta de fuerzas y en parte por falta de entusiasmo.
Insisto: me faltan palabras y conocimiento para valorar la obra de Berlanga. Desde la distancia del treintañero que nació cuando casi toda su obra estaba ya terminada y solo pudo disfrutar de algunas obras maestras por vídeo, televisión y algún cine ocasional, la figura aparece enorme, colosal. Esto no puede ser un repaso de todas sus películas, porque para eso ya tienen
IMDB. Dense un paseo por ahí y comprueben.
Este rincón, más que de cine, habla de admiración.