“El orden de las cosas” es un proyecto arriesgado al máximo: unas duras condiciones de rodaje con escenas incluso bajo el agua, una actriz de prestigio –Manuela Vellés-sometida al frío y las horas de espera en su bañera y una historia de malos tratos que siempre tiene que bordear los prejuicios del género. José y César Esteban Alenda nos dan sus claves.
- ¿Teníais miedo de resultar repetitivos afrontando un tema como la violencia de género?
Más que miedo, un profundo respeto y responsabilidad por todas aquellas mujeres que lo han sufrido y, desgraciadamente, lo siguen sufriendo en silencio. No queríamos hacer otro cortometraje social, realista y explícito, sino que preferimos inclinarnos por una mirada más simbólica, surrealista y original del tema y, muy importante, lanzando un mensaje positivo y esperanzador a la sociedad.
- Sin quitarle mérito a Javier Gutiérrez, ¿cómo se convence a una actriz como Manuela Vellés para un rodaje tan exigente, todo el rato en una bañera?
La realidad es que lo más complicado no fue convencer a Manuela de participar en el cortometraje sino conseguir cuadrar sus fechas con las del resto del reparto. Siempre tuvimos muy claro que Manuela era Julia, y ella, desde el inicio, se interesó por el tratamiento que le dábamos al tema de la violencia de género. Eso sí, Mariano Venancio nos echó un cable para convencerla puesto que fue el primero en aceptar y acababan de coincidir en el rodaje de “Camino”, de Javier Fesser. Manuela nunca nos pidió ninguna explicación o condición para trabajar en este rodaje tan complicado y exigente.
- ¿Consideráis “El orden de las cosas” parte del movimiento de “cine social”?
La verdad es que lo único social que tiene “el orden de las cosas” es que el tema principal de la película es la violencia de género, porque el tratamiento que le damos a este tema está muy alejado de las convenciones de este tipo de cine al construir una historia, y un mundo, donde lo metafórico y lo poético predominan sobre lo tangible y lo realista que, probablemente, sean las características más distintivas de este tipo de cine.
- En entornos opresivos, ¿cómo puede el hijo de un maltratador evitar caer en los vicios paternos?
Resulta vital, por el bien de nuestra sociedad, que las nuevas generaciones sean conscientes de la violencia física y psicológica que sufren algunas mujeres, incluso sus propias madres. Resulta imprescindible que distingan el bien del mal, y para ello, es importantísimo que existan campañas de concienciación social en los medios de comunicación. De esta manera, los hijos e hijas de maltratadores, pueden ser los mejores aliados de las víctimas de este acoso. Marquitos ejemplifica perfectamente el perfil de joven concienciado, informado y valiente. Y quiere ayudar a su madre.
- El corto está funcionando de maravilla, ¿qué premio o selección os ha hecho mayor ilusión?
La verdad es que todos los premios y selecciones nos han hecho mucha ilusión, pero los que otorga el público nos conmueven más. Por esta razón, el Primer Premio en Medina del Campo sería nuestro favorito, en caso de tener alguno, porque lo premian los asistentes a las proyecciones y por la importancia del Festival. Además, fue el primero. En cualquier caso, somos del pensamiento de que el mejor premio está siempre por llegar.