Yo sé que lo que hace Jimmy Jump está mal. Deja en evidencia a los organizadores, estropea el espectáculo para millones de espectadores, pone en peligro la actuación de profesionales que se están jugando mucho y sobre todo deja la puerta abierta a que cualquier pirado quiera ser como él y se dedique a montar un número aún más espectacular en el siguiente evento televisado.
Yo todo eso lo sé, y por ejemplo cuando se lo hizo a Federer en la final de Roland Garros el año pasado, lo quería matar.
Pero me he reído. Incluso Toni Garrido se ha reído. Miren la foto, por favor, es divertido.
Y ahora podemos seguir con el discurso racional y volver a indignarnos porque, efectivamente, un día de estos vamos a tener un susto. No con este tipo, desde luego, pero un buen susto.
No tengo mucho más que decir sobre Eurovisión: Daniel Diges me da cosica y su canción es atroz, pero ha demostrado ser un profesional increíble. Él y sus bailarines. Si no fuera por la barretina y porque ya conocía al personaje, hubiera pensado que el tío ese formaba parte del número. Impertérritos todos y a lo suyo. Mucho mérito, sin duda.