Cuando pasan decenas de seleccionadores y los resultados son los mismos, cíclicamente, quizás convenga pensar que el problema no está en el seleccionador.
Todo equipo se llena de vicios, pero rara vez son los vicios los que llegan antes que el propio equipo. En este caso, el problema está en que a los jugadores españoles les da igual su selección. Por completo.
Tiene un punto comprensible: no tienen nada que ganar y mucho que perder. Si bien eso podría trasladarse a un sentimiento de urgencia, lo cierto es que se ha convertido en un pasotismo total. Tanto que un tal Hillie pueda marcarles tres goles sin oposición.
Impensable por parte de esos mismos jugadores en sus partidos con el Real Madrid, Barcelona, Valencia...
Pero sí, venga, que dimita Luis, a ver qué pasa. En el fondo, la vida es más una cuestión de estadística que de voluntad y si se juegan las suficientes competiciones, tarde o temprano...
El Estado es un sensor
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*por Yaiza Santos*
Enumeró, en contra de su costumbre, lo que hasta ese momento había
declarado el señor Víctor de Aldama ante el juez. Por ejemplo los p...
Hace 14 horas