Andan muy preocupados por la falta de estrellas de esta edición. Tanto que han colocado en todas las portadas oficiales y oficiosas a un grupo de tíos sin talento -Adam Sandler, David Hasselhoff- que ni siquiera participan en el Festival.
Parece ser que el círculo es el siguiente: sin estrellas no hay repercusión mediática, sin repercusión mediática no hay anunciantes, sin anunciantes no hay inversión, sin inversión no hay presupuesto, sin presupuesto, San Sebastián pierde la categoría de Gran Festival que no sé muy bien quién otorga pero que lleva relativamente pocos años disfrutando.
Nadie comenta sin embargo el alto nivel de las películas a concurso o el hecho de que se empiecen a romper miedos y complejos y haya llegado la variedad a las pantallas. Es decir, nadie comenta que, precisamente este año, para el espectador, el Festival es más grande que nunca.
(Creo que empezaré con esta reflexión mi crónica de Almiar de mañana. Soy prolífico, pero no tanto).
El Estado es un sensor
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*por Yaiza Santos*
Enumeró, en contra de su costumbre, lo que hasta ese momento había
declarado el señor Víctor de Aldama ante el juez. Por ejemplo los p...
Hace 14 horas