Quizás todos nuestros problemas se solucionaran en Sierra Tucson a precio de oro. Quizás allí podríamos dejar, como prometen, de estar obsesionados con la bebida, las drogas, los ansiolíticos, el juego, el sexo... Quizás allí haríamos nuevos amigos. Amigos, como mínimo, inquietantes, pero amigos.
Quizás sea necesario que existan sitios en la tierra cuyo atractivo sea remedar nuestra idea de Cielo. Es decir, un mundo muerto, vacío, de color blanco y en el que la voluntad quede completamente aniquilada.
El típico lugar en el que Schopenhauer entraría y saldría y no acabaría de ponerse de acuerdo en si está haciendo o no lo correcto.
Por si acaso, aquí les paso un cuestionario importante. Vean si les merece la pena.
El Estado es un sensor
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*por Yaiza Santos*
Enumeró, en contra de su costumbre, lo que hasta ese momento había
declarado el señor Víctor de Aldama ante el juez. Por ejemplo los p...
Hace 14 horas