sábado, noviembre 24, 2007

La crónica de la presentación


Me hubiera gustado poder escribir esto antes, pero a la mañana siguiente de la presentación me fugué a Barcelona y hasta ahora mismo no he podido encontrar un Workcenter o Cibercafé o similar abierto. Ni abierto ni cerrado, por otro lado. Una ciudad esquiva, en ocasiones.

El caso es que la presentación fue un éxito. Se mire por dónde se mire. Meter a 80 personas estaba muy por encima de lo esperado y eso que sé que mucha gente se quedó con las ganas de venir y al final no pudieron. En un buen día, podríamos haber sido 100. Además, los libros se agotaron y me parece una buena noticia. Ya sólo les queda leerlo, que les guste y luego lo compren en Navidades para regalar.

Es sólo un consejo.

Y, aritmética aparte, creo que el evento fue inmejorable. Primero, por los presentadores: Ángel María y especialmente Lara. Sé que a Lara no le gusta que se hable de ella y menos que hable yo, que tiendo al entusiasmo y a la exageración todo el rato, pero es que fue impresionante. Supo leer el libro tal y como yo lo había escrito, rescatando las mismas sensaciones, el mismo entusiasmo, las mismas dudas... Increíble. Cuando acabó de leer sus cinco hojas, todo el mundo empezó a aplaudir espontáneamente, no era para menos.

Esa chica...

En fin, que estuve acompañado por un futuro magnate de la edición y por una de las mejores escritoras españolas de principio de siglo (XXI) y además tuve la suerte de poder contar con Pablo Ager y Emite Poqito. Me hubiera gustado que tocaran algo más, pero no había tiempo para tanto, es una pena.

Creo que la gente salió contenta, o eso dijeron. El brazo se me quedó tonto de firmar libros y ahí estaba yo con mi sonrisa de idiota y un bolígrafo de Mafalda en la mano por la Fundación y por el Dickens, donde nos pasamos después a tomar una cerveza.

Mucha gente pregunta por las ventas del libro. A mí me interesan mucho las ventas del libro y pueden dar fe mis editores de toda la tabarra que les doy, pero aparte de los resultados están las intenciones, o, si se quiere, aparte del resultado final está la ilusión del principio del partido. Y ahí estamos, coleccionando momentos para la estantería.

El de este jueves, de momento, encima de todos los demás.