El cine español hace bien en apostar por el género, ahora que sus géneros propios de los últimos 30 años -la comedia costumbrista y la crítica social- se van apagando lentamente fruto de sus excesos y su machaconería.
Los jóvenes directores serán directores de género en su mayoría, probablemente debido a su origen cortometrajista, donde lo valiente, generalmente, triunfa. Así, Koldo Serra, Nacho Vigalondo, Amenábar en ocasiones y, desde luego, Jaume Balagueró, un director de trayectoria improbable: un montón de buenas películas, con "OT: la película" como elefante en garaje.
Su película "Frágiles" es de las mejores películas de terror que se han hecho en España, aunque la protagonice Calista Flockhart.
En "Rec" comparte la dirección y el guión con Paco Plaza. El tercer guionista es el inquietante cortometrajista Luiso Berdejo, otro hombre que cuando salte al largo nos traerá algo nuevo. No está Calista, pero está la perturbadora Manuela Velasco. Perturbadora en su aparente inocencia y en su capacidad para variar de registros sin dificultad alguna. Una actuación redonda.
Por lo demás, insisto, "Rec" es una película de género. Una película de terror sobre virus que se contagian dentro de comunidades reducidas. Lo hemos visto recientemente en "28 semanas después" -curiosamente de otro español, Juan Carlos Fresnadillo- y en la muy comercial "Planet Terror", de Robert Rodríguez. No hay nada inventado, nada que no se lleve haciendo desde la invasión de los ultracuerpos.
Sin embargo, está la maravillosa capacidad de Balagueró para transmitir claustrofobia y pánico. Dentro de la historia "chica guapa se mete en problemas, los zombies la acosan, no hay escapatoria aparente" consigue algunos brillos realmente dignos de un maestro. Planos sobrecogedores, una sensación de temor nada fingido, hasta el punto que el público que abarrotaba la sala de Barcelona empezó entre algunas risas, sin acabar de convencerse de que un español pudiera hacer realmente una película de miedo y acabó con la bolsa de palomitas delante de los ojos, sin poder mirar del todo a la pantalla, retorciéndose en las butacas y aplaudiendo entregados al final.
Uno se siente tentado a decir que todas las historias están contadas y lo que quedan son variaciones imperceptibles. Matices. Dentro del género de terror los matices son decisivos, porque son lo que salvan o condenan a una película. Lo dicho, que nadie espere sorpresas: la chica es guapa e inocente, los monstruos son malos, hay una fuerza exterior que obliga al enclaustramiento y digamos que los protagonistas tienden a ser más valientes en ocasiones de lo aconsejable y a meterse en problemas.
La banda sonora anuncia el peligro.
A quien no le guste esto, que no pierda el tiempo, "Rec" no es su película. A quien disfrute con los "thrillers" de terror, algo así como Michael Jackson bailando con los brazos abiertos hacia delante, le aconsejo vivamente que vaya a verla cuanto antes. Da miedo de verdad. De hecho, si Balagueró destaca por algo es por la verosimilitud con la que cuenta cada historia, aunque ya se haya contado antes. Aunque sea tan fácil meterse con un género tan poco racional. Aunque pretenda que el entretenimiento puede competir con la moraleja.
Pretensión muy poco española y que probablemente le cueste cara frente a la crítica, pero no frente a este crítico, al menos.