jueves, noviembre 29, 2007

Fuerzas de Flaqueza


Comiendo cacahuetes pelados -panchitos- en los asientos del Tram Baix que lleva a Esplugues de Llobregat. A mi lado, Sandra y enfrente, Noemí. Nos mira y sonríe y dice encantada: "Al final he venido". Es una de esas chicas con las que lo único que cuenta es el final, y con las que el final siempre es inesperado. Una chica sorpresa.

Camino del estudio de Dani Flaco en plena conversación sobre "Kiss off", "Blister in the sun" y todas aquellas canciones de Violent Femmes que escuchamos cuando teníamos 17-18 años, ella iba a un colegio de Moncada a debatirse entre hippies y pijos y yo acumulaba camisas a cuadros en mi armario blanco. La generación del BUP y el COU, perros viejos.

Algo de frío, no demasiado. No demasiado para un madrileño, al menos, acostumbrado a hostilidades meteorológicas de todo tipo.

Mauri y Flaco en el estudio, recuerdos de "Smells like teen spirit" en su primera canción, de la que, para variar, no recuerdo el nombre. Me gusta. Me gusta esa y me gusta "Fuerzas de flaqueza", la que da título al disco y ya tocó en acústico el pasado martes. Me gusta "Fuerzas de flaqueza" y la que viene después. Si uno lo piensa, la verdad es que el disco de Dani tiene una pinta espectacular, mucho más rockero, más potente, más crecido... A Lichis le hubiera encantado.

Un montón de discos de oro pegados en las paredes. Discusiones sobre estudios, compañías, distribuidoras, lugares de la FNAC donde venderse... Xavi que viene. Ayuntamientos. Risas, muchas risas hasta que es hora de marcharse. Algunas preguntas absurdas, por ejemplo: "¿Cómo haces para escribir tanto sobre amor y desamor con una novia desde hace diez años?". Una gilipollez, claro. ¿Cómo lo hago yo para escribir sobre actrices inglesas, entonces?

El mismo camino de vuelta pero ya de noche. Uno se descuida y ya es de noche. El otoño es así. No está del todo mal, en cualquier caso.

Sandra se queda en la calle de Balmes, nosotros seguimos un poco más adelante y conseguimos cambiar unos vaqueros y perder una bolsa de tabaco de liar. La clase de chico con el que es imposible evaluar de entrada los daños colaterales.