viernes, septiembre 29, 2006

Quiniela de despedida

El número quedó en 23. Para ocho días de estancia no está nada mal. Aparte de películas, en este blog se ha hablado de actores, directores, entrevistas, cafés, fiestas... lo que uno espera de un Festival, en definitiva. Momentos más altos y más bajos, personales y ajenos.

En cualquier caso, aunque 23 películas me siguen pareciendo muchas, no son ni la mitad de los pases programados de prensa. Eso quiere decir, por lo tanto, que no he visto todas las películas a concurso de la Sección Oficial y Zabaltegi, al final, casi ni la he olido.

Pese a todo, y por una cuestión de instinto, me voy a lanzar a hacer una quiniela de premios. Mi favorito y un "outsider", para darme alguna opción más.

Mejor película: "Copying Beethoven" o "Delirious"
Mejor actor: Steve Buscemi o Ed Harris
Mejor actriz: Lola Dueñas o Nathalie Baye
Mejor Director: Tom di Cillo o John Boorman
Mejor guión: "Forever" o "Sleeping dogs lie"
Mejor fotografía: "Hana" o "Half Moon"

Premio Especial del Jurado: "Forever" o ""Border Post"

Son siete categorías, me conformaría con acertar uno y tener el "outsider" de otro. No creo que consiga ni eso. Este Festival es, por completo, imprevisible.

La maleta está hecha, el pijama, puesto. Mañana salimos de vuelta a Madrid Simón y yo, y probablemente él se quede dormido a mitad de viaje y yo me he quedado con el iPod sin batería así que lo único que podré hacer es fingir que también duermo, durante un par de horas, mientras recuerdo, recuerdo, recuerdo...

El diablo viste de Prada

Puede que suene snob pero queda raro ver una película así en el Teatro Principal. Entretenida, vistosa, divertida, algo típica y tontorrona... lo que uno espera de un gran éxito comercial americano y no nos olvidemos de que hemos crecido entre grandes éxitos comerciales americanos y tomamos la mayoría de nuestras decisiones siguiendo sus patrones de conducta o atacándolos.

En cualquier caso, queda raro. Eso sí, me he vuelto a enamorar.

Una buena reflexión: cuánto más eficaz eres en tu trabajo, peor te irá en tu vida personal. "Llámame cuando tu vida sea un desastre, entonces estarás lista para un ascenso". Puede que sea verdad, lo que me consuela es que ahora mismo estoy, técnicamente, en el paro. Pero sí, sé lo que es trabajar con una eficacia desmedida y hasta qué punto eso afecta tu vitalidad.

Me atrae el éxito y acudo a los neones como las moscas. Todos tenemos algo de insecto. Me planteo algunas de las decisiones que toma la protagonista y no sé si no las tomaría yo. No sé si no las estoy tomando, de hecho. Tengo demasiados teléfonos que no sé para qué sirven. Un abuso del "just in case".

Me gustaría ser inteligente y guapo. Eso facilitaría las cosas. Los viajes de ida y vuelta. Realmente, no es una película justa. Por eso es una película.

El jefe de todo esto

Vale, lo reconozco: la película de Lars Von Trier es divertida, original, sin demasiadas pretensiones -algo de mensaje, claro, pero muy diluido, como hace mejor efecto- y te ríes mucho. Es lo que pretende. Tengo dudas acerca de su manía de intervenir en la propia película como una especie de narrador omnisciente que entra y sale de la trama, pero puedo vivir con ello.

Supongo que es alguna técnica narrativa aprendida de Gambini o simplemente algo de metalenguaje: él es el jefe de todo.

Este Festival ha superado con mucho mis expectativas: he hablado bien de Isabel Coixet y de Von Trier, ¿qué se puede esperar de mí a partir de ahora? No sólo eso: me he levantado a las 7,45 para poder ver el pase de prensa de la película, cortesía de Mariam y su entusiasmo de ayer en el bar Okendo.

En fin, algo de reconciliación por fin. La de ahora es la vigésima película en ocho días. Quedan tres, según el calendario. No siempre cumplo los calendarios. A partir de mañana, en cualquier caso, empezaremos a hablar de otra cosa en este blog, no se preocupen.

jueves, septiembre 28, 2006

La rebelión

Y ahora va Blogger y se rebela y no llego a "Ninotchka"... todo suena a excusa, pero es verdad...

Matt Dillon, al rescate

Buscaban estrellas y encontraron a Matt Dillon. Los más malintencionados -¿los más realistas?- insisten en que el valor de su premio consistió en estar en el momento adecuado y en el lugar preciso. En otras palabras, que fue el único que aceptó venir a recoger un Premio Donostia.

Se supone que es un galardón con prestigio, y Dillon me deja muchas dudas. Su filmografía no está a la altura de un premio así: "Crash", vale, y quizás "Algo pasa con Mary", pero, desde "Rebeldes", ¿qué más? Aquella cosa viscosa y pijo-grunge llamada "Solteros". No a cualquier precio, sería mi consejo.

Penúltimo día en San Sebastián y esto sigue languideciendo. Ni siquiera "Os doce travalhos", película brasileña que trata el día de un mensajero en Sao Paulo, levanta el listón. Parte de una buena idea, pero poco trabajada, da la sensación.

O con poco presupuesto, es difícil distinguir. Creo que me voy a ver "Ninotchka" ahora... Salvo que no me dé tiempo a todo lo que tengo que hacer antes. En ese caso, me iré de copas. Yo soy así.

Un mal día lo tiene cualquiera

Bueno, va, es verdad que las cosas han ido tan bien que uno se queda con cierta sensación de vacío, pero eso no justifica que de repente todas las películas a las que vaya me dejen más bien decepcionado.

Después de "Zulo" vino "Noticias de una guerra". El hecho de que el pase de prensa estuviera programado para las 12 de la noche no ayudó nada, eso es cierto, pero aún así, da rabia ver cómo se desperdicia un archivo así. Es obvio que Querejeta y Eterio Ortega han hecho un trabajo inmenso a la hora de recopilar imágenes.

Pero eso no basta: hay que hacer algo con ellas.

El montaje es dudoso. A lo que se ve tenían muchísima información previa a noviembre de 1936 y muy pocas imágenes del final de la contienda. Por eso, se ventilan el período 1937-1939 en cosa de diez minutos, dedicando más de una hora a todo lo anterior. El doblaje de las voces de los protagonistas roza el ridículo, fue una decisión muy desafortunada y supongo que se habrán dado cuenta al verlo en sala grande.

Su pretensión es ser neutral, pero no se puede ser neutral en una Guerra Civil, igual que no se puede ser aséptico en un 11-S. En cualquier caso, es una pretensión ni exigida ni lograda, probablemente porque las atrocidades del bando rebelde siguen vendiendo más y tienen un punto mayor de crueldad: las continuaron después de ganar la Guerra.

En cualquier caso, un documental debe aportar algo nuevo y éste no lo hace. Fiasco.

Y, esta mañana, justo 12 horas después, "Half moon" de Bahman Ghobadi, un director que me impresionó en 2004 e impresionó al Jurado, al fin y al cabo le dieron la Concha de Oro. Sin embargo, es una película que va muy de más a menos y, aunque intente mantener el optimismo y verla con los mejores ojos posibles, me pasa como a mi hermano, que me pierdo, que no me creo nada, que me aburre el ritmo y que acabo mirando el reloj del móvil cada quince minutos para ver cuánto queda para que se acabe.

Sólo que a mí, al menos, sí me gustó mucho el paisaje del Kurdistán. Algo es algo.

miércoles, septiembre 27, 2006

World Trade Center

Algo, en algún momento, me hizo pensar que ver "El zulo" iba a gustarme mucho más que ver "Copying Beethoven". Honestamente, no sé qué fue. El director comentaba al principio de la proyección cosas tan dispares como "es una película muy simple y modesta" y "esto no lo está haciendo nadie en España y me atrevería a decir que tampoco en el extranjero"... la timidez hace que digamos muchas tonterías, doy buena cuenta de ello. El complejo pasivo-agresivo está más extendido de lo que uno pensaría.

Pero pensé en escribir este post para hablar de "World Trade Center" y es lo que pienso hacer... Discutía con Chica Portada sobre la necesidad de ver la película o no. Efectivamente, es muy prescindible. Otra cosa es analizar por qué Oliver Stone se ha metido en dar una versión tan simple, ñoña, facilona del 11-S.

Porque está en su derecho.

El adjetivo que más se utilizará para calificar a la película es "fascista": el bueno es un marine, aparece la bandera de los Estados Unidos y se pronuncia la palabra "venganza" una vez. En los títulos de crédito se hace una referencia a Irak. Todo el Kursaal silbó, hasta ahí podía llegar la provocación. Si analizamos la cuestión desde un punto de vista estético, la película es imposible. No se puede hacer estética del 11-S, simplemente. Tampoco se podría hacer del 11-M.

Por supuesto que resulta emotiva en ocasiones, pero eso no es mérito de la ficción, es mérito de la realidad. En otras ocasiones, pese al temible anuncio previo "basado en hechos reales", la propia verdad no resulta verosímil.

He visto películas mucho mejores, desde luego, pero es que no veo cómo se puede hacer una buena película del 11-S. Me parece dificilísimo. Oliver Stone ha decidido no hacer una buena película sino su película: un homenaje a los héroes de las Torres Gemelas, es decir, los que perdieron su vida intentando salvar las de los demás en un acto casi suicida de altruismo.

Esa es la tesis y no me parece mala tesis. Yo estuve en Madrid el 11-M y recuerdo la sensación común en aquel momento: ¿qué hay que hacer y dónde? Sólo que los que intentamos hacer algo aquel día -policías, SAMUR, médicos, psicólogos, donantes de sangre...- no murimos. Estos, sí.

Puedo entender que se les quiera homenajear.

Puedo entender que el homenaje sea ñoño y patriotero.

Puedo entender que a nadie le guste que los héroes sean ajenos, y, mucho menos, que los héroes sean americanos. En favor de Stone hay que decir que sus héroes se apellidan Rodrigues, Jimeno o Pezzulo...

Puedo entender, por tanto, que se deje el homenaje para el consumo interno y aquí sigamos con nuestras miserias: "fue culpa tuya", "tú mentiste más", y cuando acabe la película nos pongamos a silbar, sencillamente, porque no entendemos. No sólo eso, estamos convencidos de que son ellos los que no entienden y de alguna manera nos deben algo: la objetividad de la que nosotros carecemos.

El día que apareció Michael Knight

Andan muy preocupados por la falta de estrellas de esta edición. Tanto que han colocado en todas las portadas oficiales y oficiosas a un grupo de tíos sin talento -Adam Sandler, David Hasselhoff- que ni siquiera participan en el Festival.

Parece ser que el círculo es el siguiente: sin estrellas no hay repercusión mediática, sin repercusión mediática no hay anunciantes, sin anunciantes no hay inversión, sin inversión no hay presupuesto, sin presupuesto, San Sebastián pierde la categoría de Gran Festival que no sé muy bien quién otorga pero que lleva relativamente pocos años disfrutando.

Nadie comenta sin embargo el alto nivel de las películas a concurso o el hecho de que se empiecen a romper miedos y complejos y haya llegado la variedad a las pantallas. Es decir, nadie comenta que, precisamente este año, para el espectador, el Festival es más grande que nunca.

(Creo que empezaré con esta reflexión mi crónica de Almiar de mañana. Soy prolífico, pero no tanto).

martes, septiembre 26, 2006

"Remake" con Roger Gual

No voy a hablar de "Lo que sé de Lola". No hasta después de su fiesta, por lo menos. Mejor hablar de una comida en el Foster´s Hollywood y un paseo hasta los Trueba y recoger a Álex Brendemühl y a Roger Gual e irnos a buscar un bar que parece que no existe pero que sí existe sólo que en otro lugar.

Estas cosas pasan a menudo.

Álex, mucho más suelto, con más confianza. Roger, con un punto que le aleja del mundo, que inspira tranquilidad y sosiego. A su ritmo. Son una pareja ansiolítica. Charlamos de "Remake", pero poco, como si no le quedaran demasiadas ganas de seguir haciendo promoción y contestando preguntas. En cambio, bebemos y generalizamos. Incluso algo de terapia, para variar.

Álex se va pero vienen Michel y María y la conversación se centra en parejas y se habla de cine, pero también de periodismo, e incluso de literatura, y se reparten invitaciones a fiestas y se plantea el futuro como algo que no podemos controlar más que haciendo el presente lo más intenso posible.

Y los dos estamos de acuerdo en que Marta Etura se merece todos los premios del mundo y más, y que su personaje es odioso y que a ninguno nos gustaría tener -¿haber tenido?- un padre como Max.

Cause I like you, yes, I like you...

Lo mejor para despertarse cuando uno entra en el cine a las 9 de la mañana -convendremos en que es una hora impropia- es ponerse a ver una película que empieza con "Bohemian like you" de The Dandy Warhols. Y que la respeta casi entera durante los títulos de crédito.

Lo que me agrada -siempre- de Tom di Cillo no es sólo que afronte temas que a mí me fascinan -mundos de ganadores y perdedores, famas efímeras, televisión y cine vistos con una ironía que no cae en el chiste ni el estereotipo- sino que lo haga divirtiéndose.

"Delirious" es un buen ejemplo de lo que viene siendo el Festival: una película agradable, entretenida, variada, algo desigual pero que merece la pena verse. No es lo que pasaba otros años, ya lo he advertido varias veces. Entonces, uno se preguntaba cuál podía ganar en un gesto de asombro, ahora prácticamente cualquiera valdría. No hay grandes obras maestras, de acuerdo, pero ellos se divierten, nosotros nos divertimos y todo es más fácil...

Aparte de Steve Buscemi, por supuesto, un clásico.

Empezar el día con una comedia y haberlo acabado ayer a la 1 de la mañana con un drama por excelencia, "Rocco y sus hermanos", de Visconti en la otra punta de la ciudad, lo que quiere decir que uno llega a la 1,30 a la pensión y se pone a hablar de crítica de cine con su hermano y duerme poco, aunque bien, y no puede esperar la cola para conseguir las entradas del día siguiente, así que coge un periódico y lee y manda mensajes y se da cuenta de que sólo son las 8,45 y, eso está claro, hoy va a ser un día muy, muy largo.

Bosco Palacios anda por aquí, espero verlo. No es fácil, no crean. No sos vos soy yo. Por cierto, y para acabar, el mítico género de la copromoción. Además de aquí, escribo en otros lados.

lunes, septiembre 25, 2006

El hombre que ganó una entrevista y perdió una película

Todo estaba muy bien programado, pero incluso lo que está bien programado, sencillamente, no es compatible. Encuentro con Álex Brendemühl y Roger Gual en la sesión de "Remake" de los Príncipe. Es una película que me deja con dudas, lo reconozco, así que se lo comento a Roger y quedamos en charlar mañana tranquilamente, que tiene tiempo de sobra.

Tendré que consultar mi agenda, porque se me empiezan a acumular demasiadas cosas. Soy un parado de lujo y me niego a creer que este trabajo no sirva para nada, que nadie esté escuchando al otro lado...

Álex y yo en una heladería, en una de mis entrevistas interminables. Creo que soy buen conversador porque soy capaz de involucrar a mi interlocutor durante mucho más tiempo del que él tenía planeado. La media hora, una vez más, se convierte en una hora y tenemos reportaje para "El valor y el talento".

Merece tanto la pena este hombre. Las palabras justas, los planteamientos correctos, todo un derroche de sentido común...

Claro que el siguiente paso era ir a los Trueba y charlar con Daniel Sánchez-Arévalo y Marta Etura, no necesariamente en ese orden, después de ver "Azul Oscuro Casi Negro", pero no llego, y, aunque suplico a los acomodadores, no hay manera y el plan se aplaza hasta mañana, que a Marta le dan el premio al "Rostro más bonito del cine español" en el Reina Cristina y allí veré, sin duda, a Álex y a Dani y podré saludarla y, quizás, quien sabe... ella puede ser la actriz revelación que buscaba para la serie.

Sobre todo, después del "plantón" de Tamara Arias.

Llama Bosco, mi amigo de Periodista Digital, pero me quedo sin batería y ya planifico para mañana otra vez. "Mañana" empieza a tener un aspecto algo tenebroso, la verdad, aunque excitante, sin duda.

Hoy, de momento, va todo bien. Y no nos olvidemos del cine: "Mon fils à moi", excelente para mí, desastrosa para Albert, la propia "Remake" y, en poco tiempo, espero, "Rocco y sus hermanos"... con mi hermano.

Mañana -qué empacho- a las 9 a ver a DiCillo en el Kursaal.

Petardeo de terraza, pasarela, escaparate...

Curioso que, después de pensar en tácticas de acercamiento a Alex Brendemühl -una de mis debilidades- resulte que me lo encuentro de frente en la recepción del Hotel María Cristina. Curioso que se acuerde del reportaje que escribí sobre él hace dos-tres años, en la misma revista con la que colaboro ahora.

Curioso que le gustara y que me diga que otros periodistas se han inspirado en él para hacerle entrevistas, porque "es lo primero que sale cuando pones mi nombre en Google".

Curioso que consiga su móvil y un café para esta tarde. Curioso que sea tan fácil. Curioso que vaya a participar en el coloquio para el que tengo entradas esta tarde y que vaya con Marta Etura, que también estará en el de "Azul oscuro, casi negro" un par de horas después.

Curioso que estuviera con el director de "Azul oscuro, casi negro" emborrachándome ayer por la noche.

No creo que todo esto pueda acabar mal, ¿no?

A contracorriente

Las botellas frías están en la Sala 1 y las calientes en la de ordenadores, pero hoy no hay botellas de ningún tipo y tengo la boca pastosa. Ayer se me fue la mano con Nacho Vigalondo y Daniel Sánchez-Arévalo por esos bares de Dios...

Tengo un problema, pero lo comentaré en mi crónica de Almiar. El problema se llama "desintonización" y creo que es un término que no existe y que me lo he inventado yo. Cuando lo escribo en Word, el ordenador se queja. A los demás les gustan las películas que a mí no me gustan y viceversa.

No sé nada de cine. Es terrible.

Por ejemplo, "El bosque de las sombras" o "Backwoods", de Koldo Sierra -también presente en la fiesta de ayer, eufórico, disfrutando como un niño su gran noche porque era su gran noche y dentro de poco Sundance y tuve que acercarme y decirle "digan lo que digan que nadie te fastidie esta noche, recuerda siempre esta noche, porque no todo el mundo llega a tener tanto"- silbada tímidamente en el pase de prensa. Aplaudida aún más tímidamente.

No es fácil de entender que la crítica se interese por "Children of men" y silben a Koldo. Cuestión generacional, puede ser. Cuestión de gustos, también. Cuando llegamos a la pensión por la noche o, si alguno de los tres se emborracha, cuando nos levantamos al día siguiente, Simón, Mariam y yo discutimos sobre las películas que he visto y tampoco nos ponemos de acuerdo.

Ellos por un lado, yo por el otro... Es normal, esto es cine, no matemáticas. Lo dije una vez y lo repetiré dentro de poco: si a todos nos gustara lo mismo, a todos nos disgustaría lo mismo y mucha gente se moriría de hambre.

Quizás sea pluralidad, a veces simplemente me parece que voy a contracorriente. Y juro, Señor Juez, que esa no es mi intención.

domingo, septiembre 24, 2006

Albert Espinosa en 65 minutos

Albert Espinosa está sentado en la primera mesa, con un amigo a su lado izquierdo y yo a su derecha. No ha sido premeditado, simplemente nos colocamos ahí hace veinte minutos y hemos acabado como la vanguardia de la presentación de un libro.

Jaume Figueras le reconoce y le saluda. Albert lleva una acreditación marrón y se pregunta por qué la mía es verde. Porque yo soy menos, le digo. Así de sencillo. En San Sebastián, hasta los periodistas se dividen en castas y de alguna manera yo debería de ser un intocable. Supongo que a muchos les habrá extrañado verme ahí.

Digo lo de las castas y no es ninguna tontería. En la presentación del libro se hace mucho hincapié en ello: hay tribus que no se hablan entre sí, gente que es transparente para los demás y comandillas que consiguen casi todo lo que quieren.

Yo soy de los transparentes, un poco frustrante, pero tremendamente liberador. Nada que deber a nadie.

Nada que pedir, tampoco. Ni siquiera al amabilísimo y disperso Albert, que no para de alabar mi página y mi crítica y todo lo que conoce de mí para recordarme que sí, que soy escritor y que no debería preocuparme tanto de si hablo con éste o con el otro, que mi mundo no es el faranduleo ni es el periodismo: es la creación y eso no tiene que ver con el Rataplán sino con el Teatro Principal y sus aledaños.

Hoy me he tomado un descanso, lo confieso. Necesitaba parar un poco. Demasiado cine puede acabar con cualquiera. Quería ver a Albert, además. Esta noche volvemos a empezar y, en cualquier caso, quedan seis días más.

Sí tengo la sensación -constante- de que los demás se enteran de muchas más cosas que yo. Creo que es bueno, significa que yo tengo todavía mucho más que aprender.

Doble identidad

Desde la sala de prensa se oyen los aplausos a John Boorman por "The tiger´s tail". Me arriesgo a decir que es lo mejor que se ha visto en este Festival, por lo menos en lo que a Sección a Concurso se refiere. Un indicio de que las cosas van cambiando, esperemos a mejor.

De momento, tenemos casillero, tenemos habitación nueva -un desalojo imprevisto que me ha pillado en medio de la película- y tenemos el teléfono de Nacho Vigalondo, que anda por aquí en pleno ataque de estrés.

Esta noche nos veremos en la película de Koldo Serra. O eso espero...

Pequeños avances de domingo mañana

A la chica de la cafetería le gustó "El camino de San Diego" y me lo dice con una enorme sonrisa que me hace sentir culpable cuando respondo que a mí no y que se parece demasiado a las dos anteriores del director. "No las he visto", dice, aún sonriente, y me pongo a explicar un poco pero no mucho porque es una situación algo tensa, con tanta gente mirando...

En la revista oficial del Festival, han elegido "Children of men" para su portada, supongo que por lo guapo -hay que reconocerlo- que sale Clive Owen.

Cuando voy a entrar en el Kursaal una avalancha de gente quiere avanzar en dirección contraria y descubro que yo soy el único que va en mi sentido. No sé si deberían hacerme mucho caso, ni siquiera soy crítico, soy un espectador más con un gusto muy especial por muchas cosas. Ni todo lo que no me gusta es malo ni todo lo que me entusiasma es bueno.

O eso oigo todo el rato.

En cualquier caso, un crítico-espectador-periodista-escritor con taquillero, por fin. Desde aquí mi mayor sonrisa.

Los martires de Uganda...

Esta noche odio a los madrileños porque ellos tienen Noche en Blanco y yo tengo sueño y ni siquiera he podido/querido ir al pase de "Cashback" y me he quedado viendo un partido de fútbol en un bar argentino y ni siquiera ha ganado el equipo que yo quería. Es más, ha ganado el otro.

La sesión cinéfila de hoy -siete películas en treinta horas- ha acabado con el reportaje de Schroeder sobre el general Idi Amín Dadá, dictador en Uganda desde 1971 hasta 1979 y refugiado en Libia y Arabia Saudí hasta su muerte en 2003. Es uno de esos reportajes por los que merece la pena venir aquí, es decir, que nunca habría encontrado en otro lugar.

Una maravilla de la Historia, un repaso a la parte que nadie quiere repasar. Un personaje que ejemplifica bastante bien lo que es la política exterior mundial y el concepto de "país no alineado", tan de moda ahora.

De todas formas, estoy triste y apenado. Hoy, tan sólo hoy, hubiera preferido ese concierto de Sidonie. Claro que siempre acaba llegando un miércoles tonto y a mí me pillará en la Concha. Comparemos entonces...

sábado, septiembre 23, 2006

Memez cósmica

Salgo del Kursaal con mi mejor sonrisa, mi pelo despeinado, mi acreditación, mi mochila con Marisa Paredes disparando a un espejo y mi camiseta de Smonka. Todo ello me hace un blanco perfecto para las cámaras y una chica se acerca, muy amable, a preguntarme si he visto "la película del perro y la chica" y qué me ha parecido. Me esfuerzo por parecer un tipo educado y contesto ante la cámara poco más o menos lo que ya he escrito aquí.

Cuando termino mi erudita exposición, la chica pregunta: "¿Se la recomendarías a Ana Botella?". Sí, amigos, exactamente ese es el papel del cine en la sociedad española. Mi respuesta fue adecuada y gentil: "No lo sé, no la conozco", lo cual, por otra parte, es verdad.

Cuatro horas después. La ingenua confianza en el género humano. Mi hermano dice "no todo el mundo es malo" y es una gran verdad. Sobre todo lo que está claro es que no todo el mundo es peor que tú y el infierno, desde luego, no son los otros. O no sólo. Esperar que la crítica no aplaudiera, que pataleara incluso al final de "Children of men", película futu-catastrofista ambientada en Londres, 2028, con el Ejército en las calles y Occidente derrumbado por el terrorismo y la infertilidad.

¿Relación entre el terrorismo y la infertilidad? Corrupción, supongo. El mensaje viene a ser: "Occidente cavó su propia tumba". Referencias a Irak, las Azores y Bush.

Todo eso podría valer, quiero decir, no tendría demasiada importancia si detrás hubiera algo. Quien haya visto "28 días después" y le haya gustado, que vaya a verla, le parecerá aún mejor. Un apocalipsis constante en el que sólo destaca Clive Owen y porque es una debilidad personal. El advenimiento de un nuevo Mesías "inmigrante ilegal" al mundo para redimirlo en medio de una guerra de todos contra todos no merece muchos más comentarios.

La crítica aplaudió y salió satisfecha. Lo mismo había hecho en Venecia, y eso que ahí no conocen a Ana Botella.

Segundas oportunidades

Antes que nada, recordar unas palabras de Isabel Coixet, ayer, mientras presentaba "La vida secreta...": "La primera vez que vine aquí, como invitada en Zabaltegi, con mi primera película -"Demasiado viejo para morir joven"- me dieron hostias por todos lados, las peores críticas que he recibido jamás... tardé ocho años en rodar una segunda película. Lo digo por si hay en la sala algún joven director, para que sepa que siempre hay una segunda oportunidad".

No sé cuántos jóvenes directores había en la sala. Había algún joven escritor, desde luego.

Mañana de cementerios franceses con "Forever", un documental improbable: holandés y rodado en Francia por una peruana que estudió cine en Roma. Visita al cementerio de Père-Lachaise, con el buen gusto de obviar a Jim Morrison.

Un par de cosas curiosas: la vivencia de la muerte como algo masculino. La gran mayoría de los muertos eran hombres, la gran mayoría de las visitantes eran viudas. El reflejo de la belleza fallecida en el rostro de Elisabeth, la chica a la que tiene que maquillar uno de los personajes del documental.

En la pantalla, parece inverosímil que una chica así esté muerta y no sea una actriz. Sobrecoge, de algún modo. La muerte es algo que acontece incluso a los guapos, sin que ellos lo sepan.

Algo largo, algo exagerado. Un buen planteamiento, con distancia, pero redundante. La redundancia es algo inherente a cualquier Festival de cine, no hay por qué preocuparse.

De Isabel Coixet, Carlos Sorín y los límites del horror

Antes, cuando anochecía, un tipo se colocaba en el parquecillo que queda junto a la Concha, al lado del Ayuntamiento y recitaba poesías acompañado de música. Mis amigos le detestaban, a mí me producía cierta ternura...

Este año, las cosas han cambiado mucho y se puede ver en un solo día. O, más bien, soy yo el que he cambiado tanto que mi mirada sobre esta ciudad la ha hecho irreconocible. Pelo rizado y espinillas, por la humedad. No demasiado cansancio, sin embargo, cuatro películas en un día.

"Sleeping dogs lie" es divertida. Construye todo el argumento a partir de una anécdota ridícula - la felación de la protagonista a su perro cuando era universitaria- y eso provoca que, en cuanto a estructura de narración y guión -detesto hablar así- la propia película roce el ridículo demasiadas veces.

Sin embargo, cumple dos requisitos no muy habituales en estos Festivales: es corta y tiene chistes buenos.

La tarde fue argentina, por completo. Empezando por "La crónica de una fuga", relato del secuestro y tortura de un grupo de estudiantes en 1977. Es difícil saber dónde está el límite del dolor en la narración y en el espectador. ¿Cuántas veces podemos realmente oír una misma historia sin que el estremecimiento se convierta en cotidianeidad?, ¿cuánta miseria humana podemos ver con nuestros ojos, los de la cámara, sin apartar la vista?

"La crónica de una fuga" no cae en tópicos, es todo lo dura que tiene que ser e incluso afronta la cuestión desde un tercer punto hasta ahora inédito: el hombre que es torturado por bandas paramilitares después de ser falsamente acusado no ya por terror sino por sentido de lucha armada: "di tu nombre para que mis camaradas huyeran". Esa frase es la más valiente que se ha escrito en el cine argentino durante muchos años. Gran película, desde luego.

Sólo una pega a la crítica oficial del Festival: "La dictadura militar que se llevó a lo mejor de una generación...". Ese "lo mejor" sobra, duele a la vista. Es innecesario. Lo importante del caso no es si esos estudiantes eran buenos o malos tipos, brillantes o burdos... lo importante es la deshumanización, el acercarse a Auschwitz de una manera que parece hasta tocarlo.

Si eso es posible, que lo dudo.

Sorín decepcionó con "El viaje a San Diego". Baste con decir que el título es un juego de palabras sobre un joven de Corrientes que viaja a Buenos Aires en plena enfermedad de Maradona. Al menos Sorín no cae en el vicio patrio del victimismo y la autocomplacencia. Tampoco aporta nada más. Su Patagonia acaba siendo, de alguna manera, como el New Jersey de Kevin Smith: una sucesión de autoreferencias.

Y, por último, casi de madrugada, la excelente "La vida secreta de las palabras", de Isabel Coixet y nunca pensé que mis prejuicios me dejarían escribir una frase así. Sólo una pega: me aterra cuando un cineasta se pone a hablar de guerras, cuando moraliza en torno a las guerras. El horror se muestra, no se explica. El amor, probablemente, siga las mismas reglas. La película dura veinte minutos más de lo que debería y le sobran dos o tres escenas descaradamente.

Si por lo menos hiciera pensar -efectivamente, ¿qué periódicos estuvimos leyendo durante los 10 años de atrocidades en los Balcanes?- hubiera servido de algo, pero no ha sido así. Con todo, la diferencia entre Coixet y la gran mayoría de sus compatriotas contemporáneoses escandalosa.

viernes, septiembre 22, 2006

Una denuncia cobarde

Creo que tenía otro comienzo para este post. Tenía que ver con la sensación de vacío que me deja el no tener casillero y saber que las fiestas y cócteles han empezado sin mí.

Sin embargo, no tener casillero también presenta sus ventajas: uno tiene que fijarse en los papeles que la organización va dejando en la mesa de prensa.

Entre esos papeles están: el periódico oficial del Festival, un ejemplar de El Diario Vasco, anuncios de convocatorias de prensa, resúmenes publicitarios de las distintas películas... y un folleto, de cuatro páginas, titulado "Guarantee of rights, begin solutions", de la asociación Etxerat, en el que se denuncia la situación de los presos etarras y, especialmente, la de De Juana Txaos.

Todo ello en inglés y bien visible, colocado y apilado junto al resto de información para Prensa. Si tuviera mucho valor, lo comunicaría a la organización. Como tengo más bien poco (y acabo de llegar) me limito a ponerlo aquí, por si alguien más valiente que yo quiere denunciarlo en un sitio más grande.

Lamentablemente, no tengo aquí mi lista de contactos por email.

El folleto lleva bien grande, en primera plana, la famosa consigna "Euskal Presoak, Euskal Herrira" y por más que miro, no hay ninguna película con ese nombre en la programación...

Ciudades de ida y vuelta

"¿No crees que hay ciudades a las que vuelves y te da la sensación de que nunca te has ido?", le pregunto a mi hermano, los dos somnolientos, justo antes de entrar a desayunar en un bar con oferta. "No", contesta, siempre pragmático, bolso al hombro y chaqueta negra, mientras mira a los dos lados, cruza y atraviesa la puerta.

San Sebastián, dos años después y por cuarta vez. Miedos que ya no son miedos, de manera que lo único que queda es esperanza e ilusión.

El autobús salió, la pensión estaba disponible -no sólo eso, es exactamente la misma en la que estuve en 2004, juegos del destino y de Mariam-, pude dormir un poco, muy poco, porque San Sebastián se ha convertido en una ciudad sorprendentemente ruidosa y la acreditación estaba donde tenía que estar.

Eso sí, no había casillero para mí. Si lo pienso bien, casi mejor... sólo sirve para recopilar bultos que nunca llegan a ser útiles. En cualquier caso, se ve que, todavía, Almiar no es "notodo.com", aunque algún día llegue a ser eso y más.

O no, qué más da.

El plan para hoy incluye cinco películas, ya tengo entradas para las dos de ciclos que quiero ver mañana y, además, en el buzón de correo hay dos emails de Albert Espinosa, anunciando que viene y nos veremos. Anunciar es una cosa y verse es otra, eso lo sabe muy bien mi entrañable Mai Meneses, pero la idea de tomar un café con el "hombre de la lavadora" y planear adaptaciones me pone los pelos de punta.

Y, además, por si acaso, como previéndolo, he traído un ejemplar de mi libro -mi ejemplar- para regalarlo a alguien especial.

Como por ejemplo...

Próxima parada: "Sleeping dogs lie" en menos de una hora.

jueves, septiembre 21, 2006

Cosas que pueden ir mal

A- Que Simón olvide los localizadores de los billetes de autobús o, en su defecto, estos no sean aceptados por cualquier razón que se escape a nuestro entendimiento, pese a que todo está pagado.

B- Que en la pensión no tengan la reserva o la hayan anulado por no haber depositado una cantidad previa -algo que realmente desconozco si se ha hecho- y resulte que lleguemos a la 1 de la madrugada a San Sebastián y no tengamos dónde dormir.

C- Que no esté acreditado. Que la carta certificada confirmando todos los datos no haya llegado, que el pago no haya servido de nada y que la chica de prensa a la que llamé el 30 de agosto para preguntarle si todo estaba en orden, me despachara con un "sí" sin tener ni idea de lo que estaba diciendo.

Cuando sean las 2 de la tarde de mañana, haya dormido en un colchón, bajo un techo, tenga la acreditación colgando del cuello y las entradas para las películas de ciclos del sábado, seguro que estaré mucho más tranquilo.

El asunto no es mantenerse, ahora mismo es llegar...

Hermann Tertsch y Benedicto XVI (II)

Mi hermano, tan seguidor de Arcadi y Tertsch como yo, y mucho más metido en la "actualidad" por su facilidad para la paciencia y el sufrimiento -la misma que le ha hecho del Estudiantes, el Osasuna y el Valencia cuando los tiempos no eran tan felices- me envía un enlace al artículo que mencioné en su día de Hermann sobre las palabras de Benedicto XVI.

Y poco más: agradecerle la lectura, el interés y confiar que no se tome demasiadas licencias. Será durante diez días mi compañero de cama -así, como suena- en la pensión que hemos alquilado en San Sebastián.

Y el enlace es este.

miércoles, septiembre 20, 2006

Cartel de Ciutadans

Pues si a Arcadi le gusta, a Victoria le gusta y Verónica dice que no debería de tener dudas al respecto, me limitaré a confiar en el criterio de los demás, aunque obviamente este post debe acabar con un "sin embargo...".

Hermann Tertsch y Benedicto XVI

Soy un hombre de escasísimos recursos, así que no le he pagado la suscripción de 80 euros a elpais.es y ellos me dejan sin la posibilidad de enlazar aquí el maravilloso artículo que Hermann Tertsch escribió el martes sobre la polémica en torno a Benedicto XVI.

Para aquéllos que sí tengan dinero y aprecio al miedo, el artículo lo pueden encontrar aquí.

Doy fe de que merece la pena porque compré el periódico en papel impreso -y hacía tiempo...- sólo para leerlo. Ya escribí algo sobre ello y tampoco querría incidir ahora que las cosas parecen calmarse, pero mi resumen sería algo así como: el Papa católico cita unos textos sobre la vinculación entre el Islam y su expansión mediante la violencia, aprovechando de paso para hacer autocrítica de lo que durante siglos hizo la propia Iglesia Católica, es decir, lo mismo. La autocrítica se ignora, porque no hay sujetos de autocrítica al respecto en Occidente, sólo de crítica. La cita se interpreta como un ataque: ¿cómo se atreve a decir que el Islam tiene algo que ver con la violencia?

La indignación llega al punto en que se asesinan monjas, se queman figuras del Papa, se rodean embajadas y Al Qaeda jura continuar con "la guerra santa" hasta acabar con el cristianismo.

Saquen sus conclusiones, que ya son mayores.

martes, septiembre 19, 2006

Donostiako Zinemaldia (Preparativos)

Es martes y salgo el jueves y empiezo a ver películas el viernes y es bueno ir apuntando en una agenda todas las que puedo ver y sus horarios y las que quiero ver y cuándo ir pidiendo acreditaciones.

Buscar alternativas por si se agotan las entradas, confiar en que el estreno de "World Trade Center" incluya invitaciones a prensa...

Llenar los nueve días con sesiones que van desde las 9 de la mañana a las 12 de la noche, aunque sea perfectamente consciente de que no podré soportar ese ritmo porque me cansaré, tendré que traducir y querré pasar al menos un rato con mi hermano o en alguna fiesta, si es que consigo enterarme de dónde son.

Preparar la previa para publicarla el mismo jueves, si Pedro puede, pero no saber muy bien qué poner. Para mí San Sebastián es todo menos un concurso. Festival es una buena palabra, si se entiende en su sentido más amplio.

Será agotador, pero será. Y no tiene tan mala pinta. Seguiremos informando...

Soñar despierto

Quizás le pongo demasiado entusiasmo a lo que hago, pero está claro que sin entusiasmo no lo haría. Encantadora Puri, el contacto que necesito para llegar a Bebe. Sin prometer nada porque no se puede prometer nada, pero con una sonrisa telefónica y un "que todo te vaya bien" y muchas ganas por escuchar, que es lo que cuenta y "en lo que pueda, yo te echo una mano"...

No es tan difícil, joder, no es tan difícil.

Y estructurar el reportaje chanante para escribirlo en dos días, porque yo escribo así, a propulsión, a chorro. Todo en la cabeza durante meses, un mínimo guión y explotar sobre la página blanca del Word. Empieza el Valor y el Talento y espero que funcione tan bien como "En el Camino". Los últimos datos hablan de 21.000 visitas desde marzo sólo a esa sección.

Aunque, lo que más me preocupa no son los visitantes, son los artículos. Estar a la altura. El eterno aguijón en el culo...

lunes, septiembre 18, 2006

Canciones para entender a una generación (II)

... Y arroz con habichuelas

Probando de todo

Como siento hacia las drogas una repulsión no moral sino puramente física, necesito experimentar la adrenalina de diversas maneras: por ejemplo, desafinando "Ticket to ride", por ejemplo, planificando óperas con nombres tan sugerentes como "El bastón del viejuno". Y la gente se lo toma en serio...

Dani Flaco (y otros) en el Búho Real

Lo importante es no irse de vacío. El sábado tuvimos una fiesta Scissors Sisters algo singular. Básicamente, porque lo único que había de los Scissors Sisters era una serie de carteles anunciando su disco y una chica en la puerta con una lista de invitados. Las copas valían 9 euros, pero al menos ganamos un paraguas por cabeza, que no está mal. El de Hache, además, era naranja.

Y el domingo, concierto de Dani Flaco y Pablo Ager en el Búho Real, donde nos vamos haciendo ya imprescindibles. De Dani Flaco ya lo he dicho todo: es un mal tipo y además ayer estaba especialmente guapete y divertido en el escenario, lo que evidentemente me provoca una envidia terrible; de Pablo Ager sabía poco y ahora sé mucho. Sé que tiene talento, sé que tiene valor, sé que sabe lo que quiere y que se divierte intentando conseguirlo.

Sé que tiene humildad como para pasar una hoja y pedir que la gente apunte su email en forma de lista de promoción y confianza como para regalarme uno de sus discos. Y otro para la Chica Portada.

Un placer y bienvenido.

domingo, septiembre 17, 2006

Agnósticos anónimos

Supongo que mi ausencia de sentimiento religioso y, sobre todo, mi no adscripción a ninguna de las grandes (ni pequeñas) religiones del planeta, hacen que me tome con mucha distancia los comentarios que hacen sus líderes.

Salvo cuando son amenazas, claro.

Desde que yo tengo uso de razón, que no es demasiado tiempo, las amenazas siempre han venido del mismo lado, las excusas y disculpas del otro. Será así mientras unos tengan el poder y los otros no.

Que Benedicto XVI, o la Iglesia Católica en general, no representa ahora mismo poder ni amenaza alguna en el mundo se ve en la fiereza con la que todo el mundo ha saltado sobre él. Nadie se lanza así contra alguien, en rigor, poderoso. No en un mundo tan cobarde.

Si lo que ha dicho es correcto o acertado, es algo que, como no católico, no me incumbe. Si alguien ha tenido la tentación de sentirse ultrajado, es algo a lo que sin duda tiene derecho, siempre que éste, a su vez, reconozca a los demás ese derecho y unos cuantos más.

Como quiera que éste es, más bien, un blog periodístico, lo que realmente me llama la atención es la lucha, la batalla, la guerra semántica que se produce entre medios de un lado y del otro de la esfera política, así como entre los partidos que representan por algo tan estúpido como si "el Papa se excusa por sus palabras" o "el Papa lamenta la reacción que han causado sus palabras".

Podemos estar de acuerdo en que, efectivamente, no significan lo mismo, pero, ¿lo importante no es precisamente: 1) que lo lamenta 2) que, una vez más, la parte amenazante ha sido otra 3) que, con todo, ese lamento/excusa ha sido bien recibido y parece haber bastado a la parte ultrajada y la parte afín a la parte ultrajada?

¿Es necesario buscarse tantos problemas todo el rato?

Dipsomanía de rencor

Estoy casi seguro de que a Gallardón todo esto no le tiene que hacer ninguna gracia, aunque , lógicamente, no lo sé porque no le conozco. Ahora bien, se ve de lejos que es un tipo tan empeñado por vencer como por convencer, aunque a veces no lo consiga y otras, directamente, no sea necesario.

Al respecto, la valoración que hacen Libertad Digital y La Razón de las expectativas electorales del PP en Madrid (municipio y comunidad autónoma). El elogio brutal a Esperanza Aguirre y el arrinconamiento al alcalde.

Lo cierto, lo que sus propios datos dan por cierto, al menos, es que Gallardón sigue teniendo más respaldo que Aguirre, que tiene más respaldo incluso que hace tres años, pese a ciertos desmanes urbanísticos aún no solucionados, y pese, sobre todo, a la hostilísima y rencorosa campaña de buena parte de su partido y prensa afín, empeñados en pedir a los votantes del PP que no voten al "submarino de PRISA".

De hecho, para justificar el ascenso del PP en el ayuntamiento, pasando del 53% de los votos, Libertad Digital finaliza su artículo con la siguiente expresión: "El PSOE carece actualmente de candidato para este puesto, lo que contribuye a reforzar las opciones del actual alcalde."

Es una memez política. Todo el mundo sabe que la ausencia de candidato puede ser un problema como una solución. Puede movilizar el electorado propio o el contrario. De hecho, como si se comenta, alguien como Zerolo pudiera ser el candidato socialista, sin duda las expectativas populares se dispararían. Incluso un candidato al estilo González, aunque estimularía a muchos socialistas, disiparía a su vez las dudas de muchos votantes populares losanteros.

Aunque como dirían Gabilondo y Rajoy -cada uno en la situación adecuada para ellos- "los sondeos que cuentan son los del día de las elecciones". Hasta entonces lo que existe son filias y fobias. Amores y rencores. Sobre todo, rencores.

La Hora chanante (chanante): Episodio V

En condiciones normales, escribiría aquí un resumen "insider" de la grabación del Especial 50 capítulos de "La Hora Chanante". Sin embargo, me lo reservo para el principio del reportaje que saldrá publicado en la revista Almiar.

Me limitaré a constatar que el método de quedarse quieto y sacarle la lengua a las avispas cuando se acercan puede no ser científico, pero al menos funciona.

Por no hablar de las dificultades que comporta ser latino.

Próximamente...

viernes, septiembre 15, 2006

La hora chanante (chanante): Episodio IV

Los conciertos de Sabina no serían nada sin Sabina, sin Pancho, sin Antonio... pero serían más bien poco si no tuvieran detrás a Cristina, programando viajes, estableciendo fechas, reservando hoteles, pagando facturas, controlando el back-stage, fijando horarios y reglas...

Del mismo modo, "La Hora Chanante" no tendría sentido sin Joaquín Reyes, ni Ernesto Sevilla, Julián López, Carlos Areces, Raúl Cimas... pero jamás se emitiría si no estuvieran Paula y Arantza controlándolo todo: concertando citas, buscando localizaciones, yendo al Rastro los domingos para buscar "atrezzo", cosiendo faldas, si hace falta...

Por supuesto, es una cuestión de entusiasmo, pero eso no quiere decir que no se les deba reconocer. Al contrario, el entusiasmo no debería ser una excusa, debería ser un plus. Hacer algo porque realmente quieres no es sólo una bendición para uno mismo, es una bendición para los demás, incluyendo el periodista-escritor de revista digital desconocida que llega con su libreta y les hace preguntas que sólo retrasan su hora de salida de los viernes.

Y luego se empeña en darle dos besos a Joaquín Reyes, cuando éste sólo quería darle la mano.

Mañana, rodaje chanante. Para más información, busquen en Almiar a partir de finales de septiembre...

Telemadrid, sus presiones...

Supongo que a cualquiera que no viva en Madrid y no tenga que soportar día y noche a todos y cada uno de los consejeros de la Comunidad pasar por la televisión junto a toda su cohorte de periodistas afectos, esta noticia no le resultará tremendamente irónica.

Adelantarse

Dado su estado físico, a Oriana Fallaci le quedaban pocas batallas que ganar. La guerra, de hecho, la daba por perdida. El 11-S sirvió para llenarla de rabia y orgullo. Es un título precioso para un libro, mucho más que para un artículo. Algunas de las cosas que se decían eran dudosas, pero alguien tenía que decirlas.

Tres años después, apeló a la razón. El título era confuso, porque uno podría pensar que hablaba de "su" razón o que quería demostrar que ella tenía razón. Puede que hubiera algo de eso, también, pero sobre todo, lo que la Fallaci quería constatar es que había un mundo racional, científico, filosófico, establecido sobre determinados conceptos de igualdad, de legalidad, de libertad... que había sido creado por Occidente y que Occidente tenía que proteger como fuera.

Del otro lado, los bárbaros, con sus prohibiciones, sus fanatismos, su violencia, sus cuellos degollados, sus clítoris amputados, sus bombas, sus castas, sus diferencias económicas y sociales justificadas desde un punto de vista religioso. Algo así como una Edad Media en pleno siglo XXI.

Por supuesto, la apalearon desde todos lados. El número de sus enemigos creció hasta el punto de que no podía decir dónde vivía: si en Florencia o en Nueva York, sus dos grandes ciudades. Quizás porque sabían que iba a morir pronto no pusieron demasiado interés en matarla. Aún así puedo imaginar su miedo a acabar como otra "perra infiel", degollada en medio de la calle, con las gafas de sol aún puestas y algún periódico bajo el brazo.

Puedo imaginarla pidiendo a El Otro que se adelantara. El cáncer es algo externo a uno mismo pero a la vez es uno mismo. La última batalla de Fallaci consistía en morir antes de que la mataran. Poco más quedaba.

Lo consiguió.

No es mi intención defender cada una de las frases de sus libros. Son demasiadas, y además no son mías. No hago propio nada que sea ajeno. Lo único que puedo decir es que fui un lector apasionado, rabioso, orgulloso, racional, indignado a veces y consolado otras. Y que, aunque suene a tópico, la echaré mucho de menos.

La echaremos mucho de menos. Aunque seamos pocos y, más bien, cobardes.

Cortesías de Albert Boadella y Verónica Puertollano

Quería haber colgado esto ayer, porque es sencillamente genial, pero no lo encontré en ningún lado. De hecho, si no fuera por la increíblemente eficaz Verónica Puertollano, aún estaría buscando... No sé qué sería de nosotros sin ella. El previo está sacado de el diario El Mundo, considero conveniente citarlo.

Desde 1991, el Ayuntamiento de Bellpuig (Lérida) concede los Premios Estel i Boira (estrella y niebla), el segundo de ellos destinado «a las acciones o actitudes de omisión que afecten, negativamente y de manera continuada a la identidad catalana». El director de escena y miembro de la plataforma Ciutadans de Catalunya Albert Boadella fue elegido Premio Boira 2006 «por su posicionamiento político, y por las continuas declaraciones como la que hizo el pasado 18 de julio en que destacaba que el nacionalismo catalán era incompatible con la democracia». Entre aquellos que recibieron anteriormente
el galardón se encuentran: José Antonio Samaranch, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, el diario ABC, JoséMaría Aznar, la cadena Cope, Esperanza Aguirre, la Nunciatura del Vaticano o el Rey Juan Carlos. El premiado dirigió esta carta al alcalde, Josep Pont i Sans:

Señor alcalde de Bellpuig,

Contesto a su carta en la que me comunica que se me otorga el premio Boira (Niebla) debido a mi posicionamiento político y a mi crítica del nacionalismo catalán. La forma y el contenido de la carta es el testimonio perfecto de la obscena impunidad política que asola este territorio y la confirmación visible de los
motivos por los que el Ayuntamiento de Bellpuig me lanza la infamia en forma de premio. Tal y como declaré, queda aún más patente que nacionalismo y democracia se muestran incompatibles.

Debido a la información que me había llegado del periódico Segre, deduje que los premios Estel i Boira (Estrella y Niebla) eran responsabilidad de las entidades privadas de Bellpuig. En este sentido, tenía la disposición de contestar el menosprecio con un texto humorístico. Pero su carta me revela que el auténtico inductor y creador de tales salivazos al adversario es usted como alcalde de Bellpuig, ex presidente de la Diputación de Lleida y diputado del Parlament de Catalunya. Por tanto, dejo de lado el humor porque es una forma de expresión que, en última instancia, demuestra una consideración sobre el grado mental y moral del otro.

Usted no merece esta consideración. Ostentando cargos de gobierno y de representación parlamentaria, utiliza el cobijo de unos premios para denigrar públicamente a cualquier disidente de sus manías. En este caso, un consistorio municipal promueve la degradación democrática, dedicándose a organizar un acto para desacreditar la libre opinión de un ciudadano. En vez de participar al fomento de la tolerancia y la pluralidad de criterios, como es su obligación por los cargos que tiene asignados, se sirve de ellos para incitar a la censura cívica de un artista del país.

Con su eclesiástico invento de l’estel i la boira, compruebo que utiliza el tiempo (y también mis impuestos) para dividir a los catalanes entre buenos y malos, o señalar enemigos externos. Usted se erige impúdicamente en juez moral de Catalunya, y a través de sus veredictos, induce el odio a instituciones o personas no afines al régimen. Sigue una tradición muy cultivada por los totalitarismos, entre ellos, el que sufrimos los españoles hace 30 años, un régimen nacionalista obsesionado también en este tipo de infecciones sociales. Hoy, afortunadamente, exceptuando su caso, no hallaríamos en España un nivel semejante de vileza institucionalizada y promovida por
dirigentes públicos.

Resulta curioso que este tipo de vocacionales de la inquisición siempre conviven con un trasfondo personal bastante menos escrupuloso que sus filantrópicas exhibiciones. Compruebo que usted tampoco es una excepción sobre la regla. No muestra la misma sensibilidad patriótica a la hora de cargar una cuantiosa deuda a sus conciudadanos españoles a través de la Seguridad Social. Deuda provocada por la empresa Aigües Rocafort de la cual era administrador y accionista. Ni tampoco le tiembla el pulso cuando deja de pagar a los empleados –que se ven obligados a reclamar por el juzgado social– o a la Caixa de Catalunya, la cual también tiene que proceder judicialmente para reclamarle 33.656.256 pesetas.

No se inquiete, su comportamiento tampoco trasluce anomalía alguna en el clima actual de Catalunya, incluso es natural. Forma parte de la impostura patriótico-sentimental que en los últimos tiempos impera entre los gobernantes de este territorio. Sin embargo, ¿quién le ha dado a usted las atribuciones para infamar en público a un ciudadano que cumple escrupulosamente con sus deberes? Desde hace 45 años, dirijo una empresa de 25 trabajadores dedicados al arte.

Nunca he dejado de pagar puntualmente a la hacienda pública ni a ningún colaborador. Esta es la principal contribución que en cualquier país puede hacer un ciudadano, sea catalán o sueco. Las otras contribuciones, las del libre pensamiento o las creencias, sólo son materias de escarnio, censura, y persecución institucional en las dictaduras. En este sentido, la única boira incívica que constato es la que pone usted por delante, a fin de disimular su falta de decencia... eso sí, ¡catalana!

Por tanto, como despedida, quiero decirle sin hostilidad ni ironía, pero con serenidad y también con una íntima satisfacción: váyase concretamente a lamierda, usted, sus premios y la Catalunya que nos pretende imponer.

PS. Esta carta es mi respuesta a su Premio y espero que sea leída (entera) en el acto de entrega.

jueves, septiembre 14, 2006

Estrés, divino tesoro

Ah! El estrés... ¡cuánto te he echado de menos! Las traducciones de Sony para ya, las invitaciones a fiestas, las entrevistas, los reportajes, los acuses de recibo... La vida vuelve a ser maravillosa, empezaba a enquilosarme.

Apoyos de Arcadi -pese a que el alumno a veces se rebele contra el profesor, porque siempre ha sido así-, noticias de Mai, siempre encantadora, cuando aparece entre promo y promo de la Vuelta (por cierto, la entrevista a Nena Daconte casi va a conseguir por sí sola este mes más lectores que toda la sección junta el mes pasado, y luego dicen que el ciclismo no mueve masas...), noticias de Bosco, más que probable compañero en San Sebastián. Un compañero cínico y crítico, además, justo lo que necesito.

Fiestas de Universal. Adorable José Manuel Peinado. Tendrían tanto que aprender otras jefas de prensa. Invitaciones y propuestas de entrevistas: Antonio Orozco, Haze... veamos, pero no perdamos la perspectiva. Al final de todo el camino sólo hay un nombre y es María, el apellido, Rodríguez.

Cafés chanantes que se retrasan. No importa. Serán mañana, entre localización y localización, y el sábado, "Testimonio" y después a escribir y escribir e intentar estar a la altura de su talento y su amabilidad, que será difícil. El domingo, Dani Flaco -un mal tipo, un tipo horroroso, de hecho, tengan mucho cuidado con él- tocando en el Búho Real. No me quedará más remedio que ir y tirarle tomates...

Y antes, justo antes, preparar "Ticket to ride" con los Beatglasses y consolidar mi carrera musical. Porque de la escritura no voy a vivir, la editorial "La Tierra Hoy" me lo vuelve a confirmar en amable correo electrónico.

Curioso, si yo tuviera que apostar por alguien, apostaría por mí.

Duelo de titanes

La famosa entrevista de Iñaki Gabilondo a Mariano Rajoy. Algunas conclusiones: el reino de Rajoy no es de este mundo. Su torpeza en la comunicación televisiva es tremenda, su capacidad de reacción, nula. En un momento dado, tras el enésimo ataque de su contrincante político le llega a dar las "gracias por entenderme". En momentos, su apariencia es patética y en televisión todo es apariencia.

¿El mensaje? Perdido. Por completo. Salvo que alguno de los fieles espectadores de Cuatro sintiera pena por él. Realmente, el espectáculo era penoso, aunque necesario. Decíamos hace unos días que un político cuando habla no puede hablar sólo para los suyos. Ese fue el error de Aznar, negar la comunicación con los millones de lectores-oyentes-espectadores del grupo PRISA.

Con toda su torpeza, hay que reconocer que Rajoy estaba vendido. No se enfrentaba a un rival político, se enfrentaba a "la opinión pública", encarnada en uno de sus grandes mitos. Y se enfrentaba en su casa. Un aspirante a presidente del Gobierno no puede atacar sin más a un periodista, sabe que no puede hacerlo. Un periodista sí puede atacar a un aspirante a presidente del Gobierno, incluso al resto de los periodistas. Las reglas de juego no son las mismas.

Estamos de acuerdo en que, si el PP quiere tener alguna opción en 2008, debe salir de la madriguera, pero debe salir más preparado.

Gabilondo le puso contra las cuerdas utilizando el doble juego del medio y el contexto, pero no le debería de haber sido tan fácil si no fuera por el caos total que es en este momento el Partido Popular y por las miles de voces que suenan por todos lados callando por completo la de su líder. Toda la entrevista giró en torno a ese punto y Rajoy no supo defenderse. Simplemente, no supo.

En cualquier caso, convendría que nos replanteáramos también la cuestión del periodista. Rajoy demostró ser un tipo torpe y lento, Gabilondo demostró ser un valiente. Claro que sí. Ya lo demostró entrevistando a González en su momento. Exactamente lo mismo. Es la clase de valiente listo que le distingue de un valiente más tonto o más torpe como Rubianes, y es que los periodistas, como decíamos de los actores, para seguir viviendo bien y ser reconocidos, les basta con que ese reconocimiento venga de su minoría o "clac".

Creo que he dicho aquí muchas veces cuánto detesto a Jiménez Losantos. Hay algo más inmoral que convertirse en juez y parte, sin embargo. Convertirse en juez y parte corrupto. Federico es un hombre enfrentado a continuos molinos, completamente desquiciado. Iñaki se limita a ordenar la Iglesia. Bendecir a los santos y crucificar a los herejes. Lo dicho, todo un valiente, sí señor.

miércoles, septiembre 13, 2006

Minus eight days

Huyo de la falsa modestia. Creo que me lo voy a pasar pipa durante diez días y si no fuera yo tendría envidia de mí.

Porque, si hay algo que quiero hacer en este momento, es ver cine y cine y cine y cine y cine y...

Por no hablar de los pintxos y la maravillosa compañía, por supuesto.

Un político certero...

... y que no podrá ver "United 93", claro. Ya lo avisé.

Scoop

¿Y quién le puede reprochar a Woody Allen haberse enamorado de Scarlett Johansson? A ver, ¿quién? Pues eso.

martes, septiembre 12, 2006

Más sobre el caso Rubianes

Se entiende que Pepe Rubianes es un actor -un director, incluso, en ocasiones- y no un político. Cuando un político habla de política hay que tomárselo con mucha prudencia. Habla para los suyos, pero también para los demás. Un político, en rigor, quiere poder, y en un sistema de mayorías, necesita agradar a cuánta más gente, mejor. De ahí la demagogia. De ahí la mentira.

Un actor, en cambio, puede ser sincero, pero también puede exagerar mucho más. Un actor necesita público, desde luego, pero sólo el suficiente para poder comer y dormir a gusto. No se mueve en términos de mayorías: una sólida minoría le bastará para ver su espectáculo lleno siempre que no haya partido de fútbol a la misma hora.

El problema es cuando las exageraciones de un actor pasan a formar parte de las reivindicaciones de un partido político. El problema es cuando se confunden los guiños a una minoría, el empeño por "quedar bien" y agradar con un verdadero ideario programático. Un intento de convertir esa minoría en un afluente: "Todos somos Rubianes", portaban los Jovenes Socialistas catalanes ayer durante la Diada.

Me pregunto si sabían qué querían decir con eso. Me pregunto si lo sabía Rubianes. En el fondo, todos han visto cubiertas sus necesidades primarias: el PP ha podido atizar a Gallardón durante unos días, Gallardón ha podido ejecutar la sentencia del rencor, Rubianes ha podido victimizarse sin perder afluencia de espectadores, CCOO ha podido redimir a la víctima de su castigo y, finalmente, el PSC ha podido convertir todo ello en un eslógan político. Incluso unos encapuchados han encontrado la excusa perfecta para quemar banderas.

La obsesión de los encapuchados con las banderas empieza a ser de psiquiatra. Complejo de Cruzado, supongo.


P.D. Retomando... ¿Y cuándo un periodista habla de política?... y no me refiero solamente a deletrear las siglas de un sindicato...

Revista de prensa

Las obras de metro de la línea 7 en Madrid, o cómo hacer de vivir en Alonso Cano un motivo de agravio.

Alatriste

Si a todos nos gustara lo mismo, probablemente a todos nos disgustaría lo mismo y entonces mucha gente se moriría de hambre.

lunes, septiembre 11, 2006

Bret, sus hospitales

La cantidad de gente que se merece todo y que recibe tan poco. La cantidad de gente que está ahí y de la que puedes aprender mil cosas y sin embargo, no tienes tiempo o atención o vete a saber. No sé si es el caso de Dani. Me refiero a que yo siempre he cuidado mucho a Dani, aunque sólo fuera por aquello de que él era Pacios y yo Ortiz y estábamos condenados a encontrarnos en cada asignatura desde 1ºBUP.

Por entonces, él hablaba poco y ni siquiera le gustaba demasiado jugar al baloncesto. Dos grandes problemas sociales si se va al Ramiro de Maeztu. Pero era mi amigo, y de alguna manera adolescente, me preocupaba por él, y desde luego le defendía cuando se metían con él.

Luego ya no hizo falta y Dani se hizo mucho más fuerte que yo, maduró mucho más deprisa, empezó a cuidar él de mí y a preocuparse e incluso formamos juntos un equipo que fue el equipo de centenares de personas. Incluso, entonces, supo hacerse a un lado.

Quince años después de encontrarnos por primera vez, volvimos a pensar en jugar juntos, volvimos a quedar a cenar por el barrio, volvimos a contarnos nuestros cotilleos. Dani siempre me ha parecido un tipo envidiable, en muchos aspectos. Me acuerdo de que, cuando tenía 17-18 años y era terriblemente quejica -ahora soy sólo quejica, sin adverbios- pensaba en él y en todo lo que se merecía y en lo injusto que sería que yo consiguiera algo que él también quería.

Baste todo esto para explicar que quiero a Dani, que de verdad le quiero, que me gusta verle sonreír cuando me ve entrar en la puerta de su hospital -él sabe mucho de hospitales y desde una edad obscena- y que me parece increíble cómo, aun con la pierna colgando, con meses de internamiento por delante y un año y medio de rehabilitación, es capaz de sonreír y vacilarnos y dejar que la vida no sea un drama.

Porque la vida no es un drama. A ver si lo aprendo de una vez.

Demasiado bueno

Parece ser que, durante su encuentro de cuartos de final, dos sets abajo y 5-3 en el tercero, James Blake le gritó a Federer, desesperado: "Eres demasiado bueno". No sé si Federer le oyó, el caso es que fuera el halago o la cercanía de la victoria, el suizo se descentró, perdió su servicio, perdió el set y estuvo a punto de empezar perdiendo la cuarta manga.

Despertó a tiempo y ganó sin demasiados problemas.

Antes de la final, en lo que parecía una referencia a Blake, su compatriota Andy Roddick declaraba a la prensa: "Voy a utilizar todas mis armas contra él, voy a ir a por él desde el principio. Si el tipo es demasiado bueno, entonces es demasiado bueno. Pero voy a intentarlo".

Mala táctica. A los veinte minutos, Roddick perdía 5-0. Antes de las dos horas y media, el partido había acabado. Efectivamente, el tipo era demasiado bueno.

Una pregunta estúpida

La página principal de Yahoo abre con una pregunta típica: "¿Es el mundo más seguro después del 11-S?". Cada año, la misma pregunta. Lástima que no se la hicieran antes, se habrían ahorrado al menos 6000 muertos.

Por otro lado, ¿cuándo ha sido el mundo un lugar seguro?, ¿cuándo entró esa idea en la cabeza de nuestra floreciente clase media?

Pero, vamos, que intentar hacer mediciones históricas en períodos de meses es un rasgo del periodismo actual, así que tampoco hay por qué escandalizarse.

El que quiera, que responda.

La cuarta edición de Raúl Rojas

Me encanta Raúl Rojas. No sé decirlo de otra manera, porque realmente no es un sentimiento demasiado racional. Rojas te llega o no y no tiene sentido ponerte a escudriñar las letras o intentar entenderlas. Es una cuestión de ritmo y de dejarse llevar y, por supuesto, nadie sabe qué quiere decir cuando dice "gaviota", pero las preguntas pueden llegar a acabar con todo.

Cuarto concierto del chaval en Madrid, con Hache y Chica Portada y un montón de sonrisas, otra vez. Mucha más gente, lo cual es un alivio para todos. Para Tofol, para él, para Darío y para los que hemos sido fans tempranos. No sólo más gente, sino nueva, un síntoma de que el "boca a boca" funciona.

Si alguien estuvo allí, coincidirá conmigo en que, si eso es estar resfriado, le cambio cualquiera de mis gripes.

sábado, septiembre 09, 2006

Inauguración y borrachera en un centro de yoga

Amaranta se ha convertido en un personaje nuevo. Y con ella, un grupo entrañable de compañeros: Lena, Jimena, José Luis, José Carlos...

Abre un centro de yoga en la calle Daoiz y confirma la invitación un día antes, así que ahí voy con la Chica Portada y nos dedicamos a beber vasos de vino y comer panchitos en una combinación que no puede acabar bien (y no lo hace).

El centro, aparte de varios tipos de yoga, incluye clases de interpretación y, si tuviéramos dinero, quizás nos lo pensaríamos, porque nos pasamos buena parte de nuestros días y prácticamente todas nuestras noches interpretando. Pero no tenemos dinero, tenemos platos y vasos en la puerta del local y un vecino que dice ser de Chiapas para poder ligar con dos peruanas. Extraños madrileños.

Chica Portada, contenta. Yo, contento. Son cosas que suelen ir unidas. Amaranta, feliz pero agobiada, porque no es fácil ser empresario y mucho menos ser pequeño empresario. Procesión de bares malasañeros que desembocan en un sitio nuevo para ellos y demasiado viejo para nosotros.

No les dejan cantar. Lógico. No son horas.

Promesas de repetir los intentos en otros lugares y otras fechas. Un aviso vespertino de que esa fecha podía ser hoy. Dudas e ilusiones, pero hay que cuidarse. Créanme, sé de lo que hablo. Hay que cuidarse. No es cuestión de jugar muchos torneos sino sólo aquellos que realmente necesitas ganar.

viernes, septiembre 08, 2006

Dos Españas, un actor y un sindicato

Pepe Rubianes no odia a España, aclara el actor y director, odia sólo a "la España que mató a Lorca". Sería conveniente matizar que a Lorca no le mató "una España" igual que a tantos abuelos, bisabuelos, etcétera de nuestra generación no los mató "la otra España" -"las hordas rojas" como se empeñan en recordar de manera sospechosa todas las esquelas de "El Mundo" publicadas en este último mes-.

Ni España mató a Lorca ni España mató a sus contrincantes políticos. Los mataron españoles. Con nombres y apellidos. Caiga sobre ellos la ignominia y el desprecio por sus actos.

Sin embargo, 70 años después, Pepe Rubianes sigue odiando a los que mataron a Lorca y con esa metáfora identifica a media España, o un 40% de España, o un 45%, vaya usted a saber... El PP, para que nos entendamos. La explicación de Rubianes está clara: en realidad, los únicos cojones que deberían volar por los aires son los de los militantes y votantes del PP.

Su explicación no ayuda mucho a la hora de pedir autorización para exponer su obra -una obra sobre Lorca en la que se supone que se ahonda en este prejuicio del director- al ayuntamiento de una ciudad que el PP gobierna desde hace 20 años, básicamente porque más de la mitad de sus ciudadanos ha elegido esa opción política.

Sin embargo, por lo que veo, sí le ha servido para recibir adhesiones inmediatas. Por ejemplo, la de Comisiones Obreras, quienes, a lo que se ve, comparten pensamientos y deseos con respecto a la mitad de españoles ya varias veces citados en este post.

Sierra Tucson

Quizás todos nuestros problemas se solucionaran en Sierra Tucson a precio de oro. Quizás allí podríamos dejar, como prometen, de estar obsesionados con la bebida, las drogas, los ansiolíticos, el juego, el sexo... Quizás allí haríamos nuevos amigos. Amigos, como mínimo, inquietantes, pero amigos.

Quizás sea necesario que existan sitios en la tierra cuyo atractivo sea remedar nuestra idea de Cielo. Es decir, un mundo muerto, vacío, de color blanco y en el que la voluntad quede completamente aniquilada.

El típico lugar en el que Schopenhauer entraría y saldría y no acabaría de ponerse de acuerdo en si está haciendo o no lo correcto.

Por si acaso, aquí les paso un cuestionario importante. Vean si les merece la pena.

United 93

Claro, pero es que yo sí que creo que fue Al Qaeda quien estrelló los aviones en las Torres Gemelas y no la CIA o el propio Bush para aumentar su popularidad, y creo que hubo un avión que se lanzó contra el Pentágono con poca puntería, e incluso considero que el número de víctimas en los atentados tuvo que ser mucho mayor del que han reconocido, quizás por una cuestión de orgullo, para mitigar la euforia de los terroristas...

Así que, con todos estos antecedentes, es normal que crea también que es posible que un grupo de pasajeros, seguros de que, en cualquier caso iban a morir estrellados contra cualquier edificio de cualquier ciudad, decidieran rebelarse con extintores y cuchillos de plástico contra los secuestradores. De hecho, no me parece nada inverosímil. Si uno tiene en cuenta las "poderosas" armas de los terroristas y su número con respecto al de los secuestrados, está claro que el éxito de los atentados tuvo mucho que ver con el miedo de los pasajeros y, sobre todo, con el factor sorpresa.

Nadie se esperaba que eso fuera a suceder. Volverían al aeropuerto y pagarían un rescate. Quizás alguno de ellos moriría, pero la muerte es algo que siempre le sucede a los otros.

Salvo los pasajeros del United 93, alertados por móvil, por circuito interno, por evidencias del propio secuestro, de que no habría negociación al final del túnel y lo único que quedaba era rabia y orgullo, que diría Fallaci y, por lo menos, elegir su propia muerte.

Quizás no sea una gran película, pero parece el germen de un gran documental ficcionado de todo aquel día y uno sale del cine con ganas de escribir aquel relato del "Crew" con Dani Pacios y Ana Paniagua viendo edificios derrumbarse y llamando por el móvil a ex-novias, hermanos, madres, amigos... en un estado entre la conmoción y el morbo.

Aunque, he de advertirles: si la teoría de la conspiración es uno de sus pasatiempos favoritos, honestamente no pierda el tiempo viéndola. Pasará un mal rato.

jueves, septiembre 07, 2006

Voluntad y estadística -un análisis futbolero

Cuando pasan decenas de seleccionadores y los resultados son los mismos, cíclicamente, quizás convenga pensar que el problema no está en el seleccionador.

Todo equipo se llena de vicios, pero rara vez son los vicios los que llegan antes que el propio equipo. En este caso, el problema está en que a los jugadores españoles les da igual su selección. Por completo.

Tiene un punto comprensible: no tienen nada que ganar y mucho que perder. Si bien eso podría trasladarse a un sentimiento de urgencia, lo cierto es que se ha convertido en un pasotismo total. Tanto que un tal Hillie pueda marcarles tres goles sin oposición.

Impensable por parte de esos mismos jugadores en sus partidos con el Real Madrid, Barcelona, Valencia...

Pero sí, venga, que dimita Luis, a ver qué pasa. En el fondo, la vida es más una cuestión de estadística que de voluntad y si se juegan las suficientes competiciones, tarde o temprano...

Hotel Lichis

Supongo que el principal miedo y la principal frustración de Lichis es que llegara a pasar a la historia como poco más que un cantante rumbero y pachanguero. "La lista de la compra", "No me llames iluso", etc.

Que nadie se acuerde de estrofas como

"María y Amaranta están de luna de hiel,
son una trenza de carne y de piel
sobre mi cama

son sequía y gota fría
son asma... y pranayama

(y entonces decidí no regresar jamás a casa)

Y apechugo como un hombre y lloro como un niño,
me siento tonto y feliz como un villancico,
y le gasto el nombre al amor,
canción a canción.

Dipsomanía de cariño".

Está bien que todos los elogios se los lleve el poeta Sabina, no tengo nada en contra de ello. Pero quizás venga siendo hora de que se reconozca en todo su talento al prodigioso Lichis.

Que lo reconozca Amaranta, al menos...

Di no a la sinceridad

Creo firmemente que hay cosas que no se pueden decir a la gente. Por ejemplo, lo que piensas de ellos.

martes, septiembre 05, 2006

Pepu selección!!!

La Comunidad de Madrid, víctima de un ataque de oportunismo patriota, decidió colgar enormes carteles con las camisetas y los nombres de los doce campeones del mundo de la Selección de baloncesto.

Podría hablar, y mucho, del interés que se toma la Comunidad de Madrid -y no digamos el Ayuntamiento- por el baloncesto de base, pero son momentos de celebración y no de ajustar cuentas.

En cualquier caso, a lo que iba es al feo detalle, feísimo, de tener las doce camisetas de los jugadores colgadas en la fachada y dejar la de Pepu en la esquina con Carretas, arrinconada, escondida, como si el entrenador fuera un añadido molesto al éxito del equipo.

Mucho más feo, poniéndonos patrióticamente oportunistas, si tenemos en cuenta que Pepu nació en la Prospe y entrenó durante 12 años a uno de los tres grandes equipos de la Comunidad de Madrid.

Claro que el oportunismo y el conocimiento suelen estar enfrentados, es lo que tiene...

Teatreros

Adoro a Albert Espinosa desde que me lo recomendó María Ripoll. Soy así de sugestionable.

No creo que se enfade si cuelgo aquí el enlace que me manda a su obra de teatro, "Tu vida en 65 minutos". Es la única manera de poder consultarla.

Y si se enfada, será una gran torpeza por mi parte, porque no creo que se pueda contestar a un email de manera más efusiva y cariñosa...

Conductores suicidas

La madre de Amaranta le pide a Ángel González que recite uno de sus poemas. "Sólo el principio", le pide, pero Ángel González no quiere recitar, no le apetece, así que canta. Canta una canción asturiana, de su tierra, en voz baja, casi susurrante. Son las cuatro de la mañana y, aunque parezca mentira, a sus 84 años es él el que nos ha traído a "Las Bridas".

El dueño del bar nos acepta a deshoras porque vamos con don Ángel y le abraza e incluso le besa mientras el mejor poeta en lengua española desde la generación del 27 apura su vaso de whisky.

Los demás también cantamos, claro. Y nos sentimos no sólo honrados, sino abrumados. No nos conocemos. Yo, al menos, no conozco a nadie. No hasta esta noche. Sí he hablado alguna vez con Lena, por asuntos de Sabina, pero de manera muy fugaz. Los demás son unos desconocidos encantadores: chilenos, mexicanos, peruanos, asturianos, andaluces, getafenses, catalanes... yo, como único madrileño.

Me admiten. Como sobrino de Pancho Varona y como persona que sabe estar callada y sonreír. Incluso recitar estrofas de "Hotel Lichis" si es necesario. Sólo en un momento, Lena se pregunta "¿cómo has conseguido quedarte con nosotros?". Pues bien, he hecho de eso un arte y me ha costado años. El faro que Jose Carlos y yo seguiamos se llamaba Ángel y todo lo demás vino regalado.

Antes: la sonrisa de Alejandro Martínez, el enorme Alejandro Martínez, ocupándose de la lista de invitados para aliviar a su hermano Rubén, unas sillas insospechadas en medio de una sala abarrotada. Benjamín Prado, amable, como siempre, preguntando por mi libro y yo por el suyo y haciendo una pregunta tan perversa como "¿cambiarías tu juventud por mi éxito?" Demasiado inmaduro para jugar a Doctor Faustus, me temo. Me quedo con mi juventud, si es que aún se le puede llamar así.

Mi tío dirigiendo la ceremonia. Un concierto de una hora y luego colaboraciones. Mi colaboración, por ejemplo, con el padre de la Chica Portada. Cuatro minutos de actuación. Sí, es todo actuación. No veo nada, no oigo nada. Sonrío, pero a nadie. Hago gestos, pero no sé si se pueden ver. Lo intuyo. Instinto.

Felicitaciones. Quizás, después de haber fracasado en todo lo demás, debería dedicarme a cantar. Es una opción. Jaime, Chica Portada y B. de invitados, también sonrientes. Tristes tigres y un entrañabilísimo Quique González, que resulta ser de la Gimnástica de Torrelavega. Conversaciones con Víctor Alfaro sobre Mai Meneses.

Pancho dice "mira cuánto talento junto" y señala la mesa donde Fernando León de Aranoa habla con Almudena Grandes, Ángel González, Chus Visor... Me hace gracia que Pancho tenga mi misma fascinación por el talento ajeno, aunque no siempre estemos de acuerdo en la adjudicación de méritos.

Preguntan por mi libro pero tengo poca cosa que contar. Charlo un rato con Fernando León, eso sí, para ver si quiere entrar en "El talento y el valor" y sí, quiere entrar, sin prisas, claro, porque yo no soy un tipo que avasalle, sino que explico las cosas y doy muchas salidas. Mis amigos, los de verdad, se van, así que me quedo con los conocidos y por un momento me da un poco de miedo.

Infundado. Mucha gente entra al rescate: Jaime Assúa, por ejemplo, el propio Álex Martínez, desde luego, el increíble Nitro, que podría acabar con todos nosotros en una de sus explosiones de entusiasmo. Una comodidad extraña, en parte, incluso cuando hasta Pancho se va y la fiesta parece que se acaba pero no, porque Lena y Amaranta y sobre todo Ángel González, ya quedó dicho.

Todo hasta el momento en el que juntamos mesas y cantamos, sí. Un perfecto grupo de desconocidos multirraciales, multinacionales, en torno al maestro que se sabe tal, pero no alardea. Procuro no beber para no ser pesado, aún así le felicito tres veces. La última, incluso llego a abrazarle. Parece que se da cuenta de que soy sincero. Alguien con tantos años y tanto éxito tiene que saber esas cosas...

Pienso que algún día podré contar todo esto. Hoy, por ejemplo. Después, entre gritos de Guiggle, cojo un taxi y empiezo a pensar que sí, que la vida puede ser maravillosa, y que probablemente no me lo merezca, pero qué más da.

Tarde o temprano haremos cuentas.

lunes, septiembre 04, 2006

Rubianes en el Teatro Español

El polémico y ambiguo caso Rubianes. Hago breve resumen: un cómico afincado en Cataluña, empeñado en convertirse en una constante caricatura de sí mismo, aprovecha una entrevista en TV3 para "mandar a tomar por culo a los putos españoles" y desearles que "les explote una bomba en el culo y se les queden los huevos colgando".

Como disculpa, tanto la televisión pública como el humorista apelan al "histrionismo". El chico es así, no sabe distinguir entre persona y personaje.

Por ello, surgen dudas cuando la persona, el director en este caso, pide que se represente su obra de teatro sobre la muerte de Lorca en Madrid. Surgen dudas porque, claro, no es bonito que te deseen esas cosas y luego te pidan favores. La oposición aprovecha para criticar a Gallardón, el alcalde que ha decidido "ceder" (como si los teatros fueran también propiedad de los políticos) el recinto a Rubianes. Un recinto que, además, lleva el nombre de Teatro Español.

Las ganas de revancha son comprensibles y me llenan de dudas. Quizás sea verdad que alguien que no es capaz de dejar de comportarse como un gilipollas con tal de caer bien, de agradar, está incapacitado para desdoblarse como artista y dirigir una obra sensata. Quizás no se merezca atenciones de ningún tipo.

Pero, también es verdad que la obra de un gilipollas no es necesariamente una gilipollez y que, si él es capaz de pasarse unas semanas aquí en Madrid, entre putos españoles, comprometiéndose a no colocarnos una bomba en el culo, en el fondo seríamos nosotros los que nos castigáramos al censurarnos una obra que puede (o no) merecer la pena.

Mis sentimientos al respecto son ambiguos, lo reconozco. Por una cuestión de instinto, tiendo hacia la defensa de la obra de arte independientemente del artista y, ya que estoy, defiendo al alcalde de su propio partido. Pero sólo por una cuestión de instinto, la verdad, no crean que estoy del todo convencido...

domingo, septiembre 03, 2006

Porque la vida puede ser maravillosa

Horas antes de que empiece el partido, a Pepu le confirman que su padre ha muerto. Lleva enfermo desde que comenzara la concentración del equipo, en julio, y no ha aguantado la noche previa a la final.

Pepu no le comenta nada a nadie. En la Federación lo saben, claro, pero él no se lo quiere comentar a los jugadores, "para que nada distraiga el grupo". La lesión de Pau Gasol ha servido como un elemento más de unión, y durante el calentamiento, sus once compañeros llevan una camiseta que pone "Hoy también juega Pau". Tiene roto el quinto metatarsiano del pie izquierdo. Es muy improbable que pueda empezar siquiera la próxima temporada.

Gasol se sienta, con sus muletas y su camiseta con el número 4, mientras Pepu repasa con Rafa Vecina y Chichi Creus la táctica del equipo. Saben que Grecia es sobre todo un equipo táctico, que hace muy bien lo que hace, pero que no tiene muchos más recursos. Saben, también, que es la primera vez que afronta un partido así con la condición de favoritos -ganaron el Europeo por sorpresa y batieron a Estados Unidos en un partido increíble- y piensan que eso puede afectarles.

Establecen una defensa de cambios constantes y ayudas, de manera que el bloqueo y continuación con Schortsianitis en el poste alto y Papaloukas doblando balones no sea una amenaza. El problema es quién quedará libre después de la ayuda. Si nos van a ganar, piensan, que nos ganen a triples, pero no a bandejas.

Desde el principio, las intenciones se ven claras. Grecia empieza todos los partidos con balones a Papadopoulos, un pivot enorme y de buenos movimientos. España lo defiende con Felipe Reyes, que recibe ayudas constantes de Garbajosa y Jiménez. Durante minutos, parece la única opción ofensiva de Grecia, y, como los españoles son incapaces de meter un tiro el marcador marcha muy igualado y con pocos puntos.

Hasta que salen Papaloukas y Spanoulis y todo el mundo piensa que los campeones de Europa van a cambiar el partido.

Entonces, Pepu decide contestar con dos jugadores casi inéditos en el campeonato: Carlos Cabezas defenderá a Spanoulis, Berni Rodríguez defenderá a Papaloukas, probablemente el mejor jugador europeo fuera de la NBA. Si la decisión saliera mal -sobre todo después de la semifinal que se jugaron Sergio Rodríguez y Rudy Fernández- le caerían palos por todos lados y es que el equívoco en torno al entrenador español es tremendo.

Se ha intentado pintar a Pepu como una especie de Vicente del Bosque del baloncesto: un hombre afable, de buen trato con la prensa, sensato y que deja jugar a sus jugadores. Cierto, pero esa es sólo una parte de la historia. Pepu demostró en el Estudiantes ser uno de los mejores tácticos de Europa. Defensas alternativas, capacidad para correr y jugar en estático, variaciones para que reciban los hombres interiores y para que los exteriores queden libres...

Un manual andante.

Así que, cuando el destino parece sonreírle, y España ya va 20 puntos arriba, ante la incapacidad griega de leer ni una sola vez la defensa contraria, a Pepu sólo le preocupa una cosa: que el equipo se tense, se pare, se bloquee... y eso provoque la reacción helena. Por eso, decide meter a Sergio Rodríguez. Por eso, decide mantenerle pese a que el ex-jugador de Estudiantes pierde hasta tres balones seguidos.

La presencia de Sergio es un mensaje muy claro: vamos a seguir yendo a por vosotros, vamos a seguir corriendo, vamos a seguir anotando... no tenéis ninguna opción.

El partido acaba 70-47. Carlos Jiménez se echa a llorar en el banquillo. Acaba de ser padre, el mes pasado. Con este triunfo se convierte en el jugador español con más medallas de la historia: cuatro. Pau Gasol murmura "gracias, gracias" mientras intenta salir con sus muletas al centro del campo. Todos los jugadores forman un círculo, se sientan en el suelo, se tiran como niños, cantan, cortan redes...

Cuando llega la entrega de premios, Jiménez, el capitán, decide que sea Gasol el que levante la copa. Al sonar el himno, Pepu se agarra con una mano el pecho y llora. No era patriotismo. No era sólo patriotismo, al menos. En el vestuario, un reportero de La Sexta conocido desde hace años por hacer de la mala educación una manera de ganarse la vida, le mete el micrófono en la boca.

Pepu sonríe y dice "Estoy muy contento... pero vamos a dejarlo". El periodista, por una vez, parece entender. Los jugadores siguen chillando y cantando y nadie cuenta con su entrenador porque, aunque saben que han ganado gracias a él, les gusta más la versión que pasará a la Historia: que Gasol ganó gracias a ellos.

En una casa de Clara del Rey el triunfo se festeja con modestia, sin excitaciones futboleras, sabedores de que, a partir de ahora, cada minuto que juguemos, en las pistas de Alfonso XIII, de Puerto Rico, de IBM, de Chamartín, del Auditorio... lo jugaremos como campeones del mundo. Al menos, durante cuatro años.

Gracias.

La madre del cordero

Miren ustedes: podemos discutir durante horas sobre la conveniencia y moralidad de la ocupación de Irak, sobre las consecuencias que pueden tener las sanciones a Irán, sobre el drama de los niños libaneses, palestinos, sirios... Podemos echarnos la culpa de todo mil veces y considerar a nuestros propios muertos como mártires de la causa de sus asesinos.

Con todo, bastaría escuchar un poquito, para saber qué es lo que quieren de nosotros, por qué somos sus enemigos y, por otro lado, entender que, si lo que se quiere es la paz, a cualquier precio, como se insiste continuamente, está muy claro cómo conseguirla.

Por ejemplo, Al Zawahri

sábado, septiembre 02, 2006

The art of self-deception

Los Silencers fueron un grupo con mucho menos éxito del que se merecían: Nos engañamos y engañamos a los demás, sin saber muy bien qué hace de huevo y de gallina. Mentimos cuando sonreímos, cuando seducimos, cuando decimos "todo bien". Incluso cuando exageramos nuestras penas, nuestros dolores, nuestras preocupaciones.

¿Cómo era la frase de Borges? "Decir siempre la verdad es un ejercicio de vanidad", o algo parecido.

Eso, con los demás. Con nosotros utilizamos tácticas más sutiles: negar la realidad, cerrar los ojos, inventar toda una lógica a partir de premisas interesantes pero falsas. Buscar la verdad que mejor se acomode a nuestra estética. Emocionarse, sí, pero ¿por qué? Como aquel típico relato en el que el chico llora pelando cebollas. Nadie sabe realmente qué se oculta detrás de un ataque de llanto, por eso todo el mundo se tensa tanto e inmediatamente suplica "No llores".

En las lágrimas, probablemente, esté el mayor ejercicio de autoengaño, de ahí que sean tan peligrosas. Si le preguntas a alguien por qué llora, lo normal no es ya que no te diga la verdad, lo normal es que ni siquiera lo sepa.

¿Se puede mentir cuando la realidad se ha auto-deformado tanto que no se sabe diferenciar del propio mundo interior? ¿Es, eso, en rigor, una mentira? You were deceived... oh, but that wasn´t the intention. I was deceived... in a world of my own invention.

May be... that´s self-deception, I don´t know.

Siempre se aprende algo de las canciones que uno no consigue olvidar. Efectivamente, nada es casual.

viernes, septiembre 01, 2006

Más elogios de un seleccionador

Añadir una cosa a lo que dice Iturriaga en su columna de hoy: mi propia experiencia. Una tarde casi entera en el restaurante Arturo de la República Argentina, con "Pepu" tomándose un café y fumando mientras yo consumía botellas de agua mineral como buen adicto a las pastillas.

Una entrevista que iba a ser de una media hora y que acabó durando tres horas. Cotilleos, chismes, recuerdos de su época en el Estudiantes, que yo seguí como forofo. Una cercanía y una cordialidad impropias de su cargo. Una complicidad arriesgada. "Yo no te tengo que decir lo que tienes que publicar y lo que no, sólo te pido que tengas en cuenta que hay cosas que te he dicho en confianza y no como periodista".

Yo no soy periodista, no sé cuántas veces repetirlo.

Pepu pagó mis aguas, me llevó en su coche a casa y se despidió hasta la próxima. Unos días después nos vimos en el Madrid Arena de la Casa de Campo y bromeamos sobre las diferencias entre Pedro Martínez y Juan Antonio Orenga. Recuerdo comentarle: "Tiene que ser una pasada saber que vas a entrenar a Gasol..." (yo, que he entrenado a Dani Alonso, a Modorro, a Ramos, a Simón, a Jorge...), pero él no se inmutaba. "Sí", contestó, por contestar algo. Pero no es sólo un jugador, es todo el bloque lo que importa.

En efecto, el bloque. Por eso, aún pienso que quizás el domingo tengamos una posibilidad. Porque todo el mundo hace recuento puesto por puesto y se olvidan de una cosa: el pequeño hombre barbudo que motiva, cambia, lidia con los egos, hace equipo y diseña para cada partido la estrategia que conviene. Con o sin Gasol.

Y luego va a la Rueda de Prensa y se lamenta: "Hoy no he sido tan útil al equipo como otros días". Un ejemplo.

Una sensibilidad caprichosa

Es difícil explicarlo. Cuento con que más difícil será entenderlo. Son demasiados partidos de baloncesto vistos, jugados, entrenados, analizados... y luego un triple que va mal tirado desde una esquina, un rebote que sale largo y un equipo que gana 75-74 y se mete en la final.

Que llorera más tonta, no me puedo ni imaginar qué pasaría si ganáramos el domingo.

Como a todos, me preocupa el tobillo de Pau. Creo que España puede ganarle a Grecia sin Gasol.. si no fuera porque todo el equipo actual gira en torno a Gasol y es complicado cambiar una tendencia así en dos días. El problema no es la lesión, sino el momento en el que se produce.

Hace cuatro años pasó algo muy similar. Argentina ganó con apuros su semifinal pero perdió a cambio a Ginobili, su mejor jugador con diferencia. Por entonces, casi su único jugador. Esguince de tobillo. Era una oportunidad única para un equipo alejado de los podios durante casi 50 años y el escolta no dudó en participar, cojo.

Fue un desastre. Los argentinos controlaron el partido sin demasiados problemas hasta que Manu salió a jugar un rato, renqueante. Como la dinámica anterior a la lesión era darle la bola, se la siguieron pasando. Manu no podía, falló tiros, perdió balones... Yugoslavia se acercó en el marcador, acabó empatando y se llevó la prórroga.

El análisis simplista de aquella final fue que los árbitros habían robado a los sudamericanos. Lo cierto es que nadie pudo parar entonces a Bodiroga y que Ginobili quiso un protagonismo que no le correspondía.

Esperemos que Gasol (Pau) sepa mantenerse en un segundo plano si su pie realmente no da para más. Esperemos, también, que los demás tengan el orgullo y la rabia que demostró Argentina en aquella final de Indianapolis.

Y que los futboleros se den cuenta, de una vez.