lunes, septiembre 25, 2006

A contracorriente

Las botellas frías están en la Sala 1 y las calientes en la de ordenadores, pero hoy no hay botellas de ningún tipo y tengo la boca pastosa. Ayer se me fue la mano con Nacho Vigalondo y Daniel Sánchez-Arévalo por esos bares de Dios...

Tengo un problema, pero lo comentaré en mi crónica de Almiar. El problema se llama "desintonización" y creo que es un término que no existe y que me lo he inventado yo. Cuando lo escribo en Word, el ordenador se queja. A los demás les gustan las películas que a mí no me gustan y viceversa.

No sé nada de cine. Es terrible.

Por ejemplo, "El bosque de las sombras" o "Backwoods", de Koldo Sierra -también presente en la fiesta de ayer, eufórico, disfrutando como un niño su gran noche porque era su gran noche y dentro de poco Sundance y tuve que acercarme y decirle "digan lo que digan que nadie te fastidie esta noche, recuerda siempre esta noche, porque no todo el mundo llega a tener tanto"- silbada tímidamente en el pase de prensa. Aplaudida aún más tímidamente.

No es fácil de entender que la crítica se interese por "Children of men" y silben a Koldo. Cuestión generacional, puede ser. Cuestión de gustos, también. Cuando llegamos a la pensión por la noche o, si alguno de los tres se emborracha, cuando nos levantamos al día siguiente, Simón, Mariam y yo discutimos sobre las películas que he visto y tampoco nos ponemos de acuerdo.

Ellos por un lado, yo por el otro... Es normal, esto es cine, no matemáticas. Lo dije una vez y lo repetiré dentro de poco: si a todos nos gustara lo mismo, a todos nos disgustaría lo mismo y mucha gente se moriría de hambre.

Quizás sea pluralidad, a veces simplemente me parece que voy a contracorriente. Y juro, Señor Juez, que esa no es mi intención.