Firma habitual en los créditos del programa "Días de cine", el sevillano Alejo Moreno se inspiró en una vieja leyenda granadina para insuflar un halo mágico a un cortometraje de corte clásico y honda presencia, para el que ha contado con colaboraciones de lujo como las del maestro en f/x Colin Arthur o el músico Julio de la Rosa. Trepamos a "La higuera" de la mano de su autor.
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La higuera" está basado en una vieja leyenda arraigada en la ciudad de Granada, ¿hasta qué punto hemos olvidado el mundo de los sueños, la imaginación y el cuento en la narración cinematográfica?
Existe un gran número de producciones de cine fantástico hoy día pero creo que la mayoría ha perdido su esencia: la capacidad de evocación. Esto ocurre porque no es un fin que persigan. Están tan preocupados en hacer creíbles las imágenes (y de hecho lo consiguen) que no resultan interesantes, falta magia. Es todo tan concreto, ruidoso y apabullante que no hay espacio para la abstracción, ni tampoco para la imaginación del espectador.
Si por algo destaca el corto es por un impecable cuidado de las formas: ningún plano sin sentido, recreación en la fotografía, ritmo adecuado y sin prisas... ¿Supone un contraste con la gran mayoría de los cortos actuales del circuito?
Pienso que sí. He tratado de introducir al espectador en un universo visual y sonoro misterioso. Creo que el cine debería intentar ser toda una experiencia, da igual con qué fórmula. No me preocupé tanto por elaborar un guión complejo como en construir formas hipnóticas que hablaran por sí mismas. Creo que por eso el corto gusta tanto a los niños, son espectadores atentos y abiertos de mente.
Vienes de la televisión, aunque fuera en un programa de calidad como "Días de cine", con Antonio Gasset, ¿qué influencia -positiva o negativa- ves del "sketch" o "gag" televisivo en el panorama del corto actual?
Total y preocupante, de hecho creo que se nota en muchos de los jóvenes cineastas españoles que pasan del corto al largo; ruedan con criterios televisivos, lo más importante para ellos es ser efectista y veloz, pecar de burdo no es un problema. Quizás tenga éxito comercial inmediato pero no es una apuesta de futuro. Resulta paradójico que ocurra en un momento en que Estados Unidos hace justo lo contrario: acercar los formatos televisivos a las estructuras cinematográficas. Una película requiere algo más que un redoble de tambor para ser cine.
¿Cuáles han sido tus referencias a la hora de afrontar un reto tan ambicioso y a la vez tan aparentemente sencillo como "La higuera"?
El cine de David Lean sobre todo. Creo que sus películas tienen esa valía. Parecen sencillas pero cuando uno las observa con detenimiento se da cuenta de que contienen una pericia narrativa, técnica e intelectual de un calibre inalcanzable.
¿Por dónde te gustaría tirar en tu siguiente proyecto? ¿Tienes algo ya en marcha?
Si, ahora me voy a Nueva York, donde nos han seleccionado en el Festival de Cine Sefardí, a rodar un videoclip, pero amenazo con varios cortometrajes y un largometraje. Todos ellos relacionados con leyendas; mundos que ya no existen pero que tienen mucho que decirnos al oído si somos capaces de abstraernos por un momento del tumulto diario.