Algo no cuadra en
la crónica de El País desde Libia y es este párrafo casi al final:
Los alzados contra el régimen cuentan en su modesto arsenal con armas ligeras, ametralladoras, lanzagranadas, baterías antiaéreas, y cañones antitanque, pero ese armamento poco puede hacer a la hora de la verdad contra un Ejército y unas unidades paramilitares bien entrenadas durante años y mucho mejor pertrechadas, con tanques, artillería pesada, aviones y helicópteros.
En concreto, la frase "poco puede hacer a la hora de la verdad", que contradice todo el artículo anterior: el avance en el este, la resistencia en el oeste, la cercanía del asedio a Trípoli, la desesperación de los mercenarios y soldados afines al régimen... Me parece inevitable que el periodista tenga simpatías, porque en este caso todos las tenemos y están del mismo lado, pero como simpatía podemos sentir todos, sería bueno que él se dedicara a dar información, que es lo que nos falta a los demás.
O están avanzando o no pueden hacer nada. Las dos cosas, a la vez, imposible.
Al menos, en este periódico,
no van descalzos y con machetes.