No es sólo el brillo de los grandes fichajes y la supuesta superioridad de Real Madrid y Barcelona. Incluso gente sensata como Santiago Segurola se empeña cada semana en repetir que la liga española es la mejor liga de Europa por el nivel medio de sus equipos, comparándolo con el supuesto nivel mediocre de Inglaterra del séptimo para abajo. Eto´o le lleva la contraria, pero Eto´o le llevaría la contraria hasta a la Madre Teresa de Calcuta, así que vamos a obviar su autoridad de momento.
Para mí, y ya lo he dicho mil veces, el nivel medio de los equipos españoles es mediocre. El peor Real Madrid en años se paseó durante una vuelta entera ganando a todos esos equipos excepto a dos: el Atlético de Madrid -empate- y el Barcelona -derrota contundente. A los otros 17 se los pasó por la piedra, a veces de manera agónica; a veces, con goleada incluida. Para mí, esa "exhibición" lo dijo todo del "nivel medio" de la Liga, pero es que además estaban las competiciones europeas: ningún equipo ni siquiera en octavos de la UEFA, sólo el Barcelona en cuartos de la Champions.
Este año las cosas iban a cambiar. Iban, porque salvo el Sevilla los demás tampoco están dando muy buenas señales: la jornada de esta semana en la Champions se ha saldado con tres derrotas, las dos de los poderosos Real Madrid y Barcelona en casa y la comprensible del Atleti en campo del Chelsea, aunque por una diferencia deshonrosa (4-0). Estas derrotas duelen más si se tiene en cuenta que llegan ante el octavo clasificado de la liga italiana y un equipo ruso hasta ahora desconocido a nivel internacional.
Por supuesto, siempre se podrá decir que los españoles fueron superiores a sus rivales y merecieron ganar. Desde luego, tirar 25 veces a puerta y sólo marcar un gol tiene un punto de mala suerte, pero también de falta de acierto: el Barcelona parece fundido física y mentalmente. Solo a nivel de club, en los últimos trece meses sus jugadores han disputado ya 76 partidos. Añadan a eso, en la mayoría de los casos, unos diez encuentros con sus selecciones. Imposible apelar a una genialidad constante en esas condiciones. El Rubin apeló al milagro y el milagro llegó, pero el Barcelona tampoco mostró demasiado entusiasmo en evitarlo. Simplemente, no había fuerzas, no es culpa de nadie. Pasará más veces.
El Madrid controló al Milan en la primera parte con cierta comodidad. En la segunda, el Milan dio la sensación de poder golear. No por el dominio en el fútbol sino por la contundencia de sus contraataques. La verdad es que el Milan parecía el Madrid y el Madrid parecía un Valencia atropellado o algo así. Puede que el resultado no fuera justo, pero el caso es que el Milan marcó tres goles, le anularon uno clamoroso y vio como un desacertado Casillas todavía tenía fuerzas para hacer una parada descomunal en el minuto 87.
Faltó pegada propia y sobró ajena.
Todo esto deja dudas, claro. Se irán solventando en una dirección o en otra. Algo me dice que estos dos equipos golearán el fin de semana cuando se enfrenten a la "poderosa" clase media española. Puede que me equivoque, claro. El año pasado no hubo ni una excepción.
P.D. Por cierto, cada jornada de Champions no hace sino elevar mi consideración por los árbitros españoles: el Barcelona se vio claramente perjudicado por el árbitro francés del martes y lo del tipo del Bernabéu de hoy ha sido cómico: penalti escandaloso a Benzema en la primera parte y gol anulado al Milan en lo que parecía el final del partido por una falta inexistente.