Vi "Las horas del día", de Jaime Rosales, con Álex Brendemühl de protagonista y me decepcionó un poco. Esperaba algo más, básicamente porque adoro a Brendemühl. Desde entonces, le cogí algo de manía a su cine lento y preciso, incluso a él. No me pregunten por qué. Estas cosas pasan y también le pasan a usted.
Pero
el artículo que viene hoy en El País es grandioso: valiente, directo, exacto, entrando en los verdaderos problemas. Y lo dice un director de cine que sabe que sus propios compañeros se le van a echar encima. Politización y estatalismo. Dos problemas que el cine español no sabe explicar y que se obstina en mantener como marca de la casa.
Hasta que llegó Rosales. Magnífico. Por fin, una cabeza bien amueblada.