domingo, mayo 10, 2009

El Barcelona retrasa su propio alirón


Sé que es cruel hablar mal del Barça con el año que lleva justo en este momento, pero no sólo se puede hablar bien de la gente. A veces, cometen errores.

La segunda parte del Barcelona contra el Villarreal fue sorprendentemente mala. Con 3-1 y un equipo rival completamente sometido no buscaron la sentencia. Dejaron de jugar con profundidad y guardaron fuerzas. Es una decisión extraña: Guardiola mantuvo a sus mejores jugadores con 3-1 y los quitó con 3-2. Cuando los necesitó, con 3-3, no tuvo donde encontrarlos.

Sin duda es un resultado injusto. Lo bueno de tener un partido cada tres días es que te permite todo tipo de juicios de manera constante. El Villarreal no hizo mérito alguno para empatar el partido y dio la sensación de que, de durar cinco minutos más, lo hubiera ganado.

Todo por una jugada sin la que no se entiende el partido: el penalti con tarjeta roja de Abidal, una jugada que no está claro que sea falta -sí hay choque, pero Nihat exagera tanto- y que en cualquier caso no merecería la tarjeta roja (antes el árbitro se comió un penalti clarísimo a Iniesta y un gol legal de Xavi que anuló por un fuera de juego inexistente en la jugada previa).

Pero, lo dicho, esas cosas pasan: cargas al rival en el área y te pueden pitar penalti.

Lo que no fue lógica fue la respuesta. El ataque de nervios. Ceder la bola al contrario y encerrarse atrás. Renunciar a mandar y atacar. Cambiar a Xavi y a Messi y dejar a Gudjohnssen como único delantero. ¡A Gudjohnssen! Todas las señales que se enviaron desde el banquillo invitaban al empate, al contrario de lo que venía siendo el año.

El Barça perdió su estilo, intentó amarrar el alirón y así lo retrasó: Piqué, en uno de sus pocos errores, no tiró el fuera de juego, le ganaron la espalda, ni él ni Puyol consiguieron despejar cuando tuvieron oportunidad y Llorente la clavó en la escuadra.

No es ningún drama para nadie. A los anti-barcelonistas les permite un poquito de tregua y risas, que es muy sano y a los barcelonistas les debería servir para:

1- Tener del todo claro que no pueden ceder en su estilo ni doce minutos.

2- Mantener la tensión para la Copa, un partido probablemente igual de tenso y al que es mejor llegar sin celebraciones previas ni descompresiones mentales.

3- Aprender que estas cosas sucederán muy a menudo. Este año todo ha ido sobre ruedas, pero habrá más años, con equipos igual de buenos, que estos partidos que antes ganabas 4-1, 5-1 efectivamente los empates a 3 y con mayor asiduidad.

Acostumbrarse.

En el fondo, a quien peor le viene este empate es al Athletic de Bilbao.