Dani Flaco está cansado. Viaje relámpago a Madrid para trabajar y pasear las calles y acabar en el Malaspina -cómo no- viéndome comer una tosta de chorizo. Tiene ganas de irse a casa de una vez pero le sobra tiempo: son las siete y media y su avión no sale hasta las once y pico. Afortunadamente, él vive al lado del aeropuerto y a esas horas no se prevén atascos.
Como no tiene nada que hacer, me acompaña al taller de Lara, les presento, charlamos un rato y se acaba yendo, dejándome solo ante el peligro. He trasgredido todas las normas: se pedían tres hojas a doble espacio y yo he escrito seis páginas apelotonadas. No sólo eso, cuando me toca leer, me pongo de los nervios y lo hago tan rápido que me pongo rojo y me trastabillo y no sólo no me calmo sino que me acelero y el final es un sprint hacia la frase que quedó suelta en la séptima página.
Torpezas de escritor despistado.
Una inmensa sensación de vacío, después. Y de frustración, no voy a engañarles. Mis compañeros son sutiles, acertados y breves. Lo que yo fui en su día. No creo que sea un mal escritor. Leo artículos, reportajes, blogs y no me parezco un mal escritor, pero mis relatos están un paso por debajo, eso está claro, y resulta frustrante, ya digo. Quizás algún día las cosas cambien. Ayer, no. Las historias de gangsters no son lo mío y me empiezo a temer que "lo mío" no existe.
Así que bajo Espíritu Santo triste y nostálgico, un hombre en mudanza, camino de Tribunal para torcer a la derecha y llegar al Búho Real donde toca Emite Poqito otra vez. Hace frío, lleva amenazando lluvia toda la tarde, no he conseguido convencer a nadie de que venga conmigo y el Madrid juega la Champions a la misma hora. Todos los elementos se conjuntan para que el concierto sea un fracaso y la sala quede vacía.
Pero no. El Búho tiene todas las mesas llenas y según va llegando más gente se van colocando en la barra o en sillas sueltas. Julia está mucho más tranquila, la voz se le va un poco en "El mar" pero ya se va consolidando en "Dame". Se lo está pasando bien y hace chistes y explica las canciones. Los demás se lo agradecemos, porque nada divierte más que ver a alguien que se divierte.
Pablo Ager protagoniza la pausa necesaria y anuncia su concierto para el domingo, también con Julia.
Estoy sentado en una silla, al final del todo, dándole vueltas a Marcel y Nico, mis protagonistas del relato, y a mi incapacidad para dejar de mirarme las manos en cuanto me pongo en modo "escritor serio", pero la música te acaba atrapando: "La nariz", "Adiós", "Fórmula secreta"... Un pop contagioso y a la vez original.
Lo bueno con Julia es que sabes que apuestas sobre seguro. Cuando vas a ver a un amigo siempre lo pasas mal, temiendo que se equivoque o que no guste, pero Julia... Julia responde siempre, es un diamante en bruto y lo único que hacemos los demás es abrir la cajita y enseñarla sonriente a los joyeros.
Y, para que vean que todo lo que digo es cierto, pulsando
aquí tienen el concierto en directo grabado por Buho Real TV. Cuando una chica es tan guapa, la baja iluminación es un problema, pero creo que se intuye, como poco se intuye...