martes, agosto 22, 2006

Un enorme error táctico

La llegada de Rubalcaba al Ministerio de Interior fue recibido con un poco disimulado entusiasmo por parte de las fuerzas nacionalistas vascos y catalanes. La razón de este optimismo residía en que, por fin, el verdadero artífice del "proceso de paz" quedaba al mando de las operaciones desde el propio Estado.

Sin embargo, olvidaban una cosa. Quitar a Rubalcaba del segundo plano para colocarlo en el primero, aunque sin duda pretendía ser una declaración de intenciones en cuanto a la negociación con ETA se refiere, también implicaba necesariamente colocar en segundo plano esa negociación.

Cargar de responsabilidades extra a Rubalcaba, convertirlo en lo que se podría llamar "Ministro de Actualidad", es decir, el responsable de prácticamente todo lo que pasa cada día en este país, fue en realidad un error táctico enorme. Ahora, Rubalcaba, ni puede estar en una cosa ni está, desde luego, en la otra.

Habría que pensar, incluso, que en los constantes comunicados de ETA haya una necesidad de llamar la atención a su antiguo interlocutor. Algo así como "Alfredo, no nos olvides", sólo que Alfredo estaba en Senegal.

Si todo esto (y que cada uno ponga a "todo esto" el sustantivo que le agrade más) acabara mal, la Oposición apelaría a diversísimas razones para culpar al Gobierno. El Gobierno -o su presidente, más bien- ya sabría por donde empezar su autocrítica.