La empleada de Correos me pregunta si soy actor. Es una buena pregunta y por un momento estoy pensando en contestar que sí. De algún modo, esa respuesta me convertiría en actor y así entraríamos en una especie de ciclo "Epiménides, el cretense".
Sin embargo, digo que no, que soy periodista y que voy a ir al Festival de San Sebastián acreditado. A la empleada de Correos le gustan más los periodistas que los actores, así que dice que "por ser tú" me va a cobrar menos. De hecho, le gustan más los periodistas modestos que los poderosos y matiza que "si fueras Mariñas también te cobraría más".
Agosto en Madrid, un poco menos de calor y una cómoda sensación de sentirse en casa.
Pero la pregunta sigue ahí, y toda buena pregunta consiste en abrir posibilidades. Pienso en que quizás cuando actúo, es decir, cuando seduzco, es decir, cuando miento, es, a su vez, cuando mejor escribo y que, si voy a escribir un libro este año, tiene toda la pinta de que voy a pasarme mintiendo gran parte de los siguientes doce meses.
Lo cual, supongo, me convierte en una amenaza mayor. Especialmente para los funcionarios.
La fiesta del aguafiestas
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[La Brújula (Opiniones ultramontanas), 3:05]
Buenas noches. Mi aguafiestismo profesional me obliga hoy a la tarea,
ciertamente desagradable, de arremete...
Hace 7 horas