Nuevas vacaciones. Quedar con Pancho y viajar a Santander para un nuevo concierto y hacer lo posible para que Dani Flaco se sienta en mi casa, porque, en parte, Santander es mi casa y la casa de mi padre, y eso provoca un sospechoso estrés de madrugada.
Planes para ver a Mai en Barcelona, a partir del día posterior -ocho horas y media de viaje en autobús, para abusar una vez más de la hospitalidad de B.- , correos electrónicos a Arcadi pidiendo entrevistas que no parecen llevar buen camino...
No conozco a nadie que viva el mes de agosto con tantas preocupaciones. Porque hace tiempo que no distingo agosto de enero ni el martes del viernes y parece que quiero decidir mi vida en cada minuto. Como un equipo grande en puestos de descenso o un equipo modesto en la final de una competición con la que jamás habían soñado.
Elijan metáfora.
#14 Lo que hay que leer
-
El aburrimiento
El departamento de todo
¿Los libros están acabados?
Padre e hijo…
Hace 8 horas