viernes, septiembre 15, 2006

La hora chanante (chanante): Episodio IV

Los conciertos de Sabina no serían nada sin Sabina, sin Pancho, sin Antonio... pero serían más bien poco si no tuvieran detrás a Cristina, programando viajes, estableciendo fechas, reservando hoteles, pagando facturas, controlando el back-stage, fijando horarios y reglas...

Del mismo modo, "La Hora Chanante" no tendría sentido sin Joaquín Reyes, ni Ernesto Sevilla, Julián López, Carlos Areces, Raúl Cimas... pero jamás se emitiría si no estuvieran Paula y Arantza controlándolo todo: concertando citas, buscando localizaciones, yendo al Rastro los domingos para buscar "atrezzo", cosiendo faldas, si hace falta...

Por supuesto, es una cuestión de entusiasmo, pero eso no quiere decir que no se les deba reconocer. Al contrario, el entusiasmo no debería ser una excusa, debería ser un plus. Hacer algo porque realmente quieres no es sólo una bendición para uno mismo, es una bendición para los demás, incluyendo el periodista-escritor de revista digital desconocida que llega con su libreta y les hace preguntas que sólo retrasan su hora de salida de los viernes.

Y luego se empeña en darle dos besos a Joaquín Reyes, cuando éste sólo quería darle la mano.

Mañana, rodaje chanante. Para más información, busquen en Almiar a partir de finales de septiembre...