sábado, septiembre 11, 2010

Roxette


Mi primer concierto fue de Roxette. Miento. Mi primer gran concierto fue de Michael Jackson en 1986 ó 1987, en el Vicente Calderón, pero los conciertos con "mayores" no cuentan así que tenemos que darle al flash forward y llegar al invierno de 1991 en el Pabellón de Deportes del Real Madrid, metro de Begoña. Yo era fanático de Roxette. No me culpen, era un niño, casi, y su pop era tan fácil y sus baladas tan románticas -ese "It must have been love" o "Fading like a flower" o incluso "Spending my time". Lo combinaban con un cierto buen rollo estilo "Joyride" o "The look".

De hecho, todo empezó con "The look" pero me temo que eso sería deslizarse peligrosamente a los 80, a 1989, en concreto, puede que me equivoque. A mí me gustaba una chica de ojos marrones. Una chica de 12 años, por supuesto, era lo suyo y me preguntaba walkman en mano: "What in the world can make a brown-eyed girl turn blue, when everything I´ll ever do, I´ll do it for you". Eran tiempos del pesado de Bryan Adams. El caso es que a la chica también le acabó gustando Roxette. En este blog se ha hablado ya de ella, pero saben que me niego a poner nombres ni apellidos. La combinación Roxette-Chica se hizo irresistible, por mucho que yo por entonces ya fuera antimadridista y tuviera que volverme solo, principal y lógico motivo de preocupación de mi familia.

Los recuerdos fugaces que tengo de entonces tienen que ver con "Dressed for success" y lo que empezaba a ser "Tourism" el siguiente disco y por supuesto "Join the joyride" a todo volumen. Mi primer pitido en los oídos al salir del recinto. Pedir coca-colas con ella en un bar masificado, también, esas cosas.

En realidad, Roxette era un grupo ochentero, nos pongamos como nos pongamos. Un grupo con laca y hombreras y puro pop. Pero triunfó a principios de los noventa, cosa de los calendarios. Por mucho que pasen los años y uno vaya a festivales indie y hable sobre las diferencias entre Love of Lesbian y Vetusta Morla nadie me podrá convencer de que "Look sharp", "Joyride" y "Tourism" son tres pedazos de discos. Este último más íntimo, reflexivo, de "¿qué demonios estoy haciendo con mi vida?", canciones tipo "Here comes the weekend" o "Never is a long time". Era un disco que pretendía ser íntimo y comercial y creo que consiguió las dos cosas a pesar de lo esquizofrénico de la expectativa. Al  menos a mí me resultaba entrañable y tristón. Quinceañero.

Marie Friedriksson pasó por varios cánceres y se recuperó, pero el grupo paró por completo su carrera. Per Gessle, el verdadero alma del grupo, lo intentó en solitario sin ningún éxito. En 2001 tuvieron una breve "re-entrée" con una canción que a mí me encantaba y se llamaba "The center of the heart". Por supuesto, y con su horrible sentido del timing, la canción era noventera a más no poder. En 2004 la chica se casó. No fue conmigo, por supuesto, si no imagínense que ñoñería de post.