Les agobiaría innecesariamente contándoles todo lo que tengo que hacer hasta el 25 de junio, que se solapa, como es habitual, con lo que quiero hacer, y que, como caprichoso hijo único, acabaré haciendo, por supuesto.
Pero aseguro que a partir del 25 de junio, más o menos, pienso hacerme tremendamente feliz. Por lo menos durante el verano. Luego en septiembre todo esto empezará de nuevo, pero en julio y agosto voy a ser la persona más sonriente del mundo. Eso si consigo que Hacienda me diga de una vez exactamente qué le debo.
Qué coño, aunque no me lo diga.
If you can hold on, hold on.
El Estado es un sensor
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*por Yaiza Santos*
Enumeró, en contra de su costumbre, lo que hasta ese momento había
declarado el señor Víctor de Aldama ante el juez. Por ejemplo los p...
Hace 10 horas