Sin poder concretar fechas, porque la cosa del trabajo está malita y aún seguimos pendientes de los llamamientos, este fin de semana estaré en el Festival de Málaga de Cine Español. Para que se hagan una idea de qué es eso, publiqué recientemente la siguiente previa en Notodo.com:
¿La crisis del cine español? ¿Qué crisis? Solo el hecho de que una película como Spanish Movie, sin actores ni directores demasiado conocidos y con una promoción muy básica, consiguiera ser número uno en taquilla durante un par de semanas, antes del fenómeno Avatar ya nos dice algo: el cine español resulta atractivo. Una película que promete chistes sobre Volver, El laberinto del fauno, REC, Abre los ojos, El orfanato, etc. es una película que inmediatamente llena salas y reparte copias por todo el país. Son tiempos, por tanto, de celebración para una industria instalada en la queja. Y no hay mejor sitio para celebrar que Málaga. El Festival Málaga Cine Español ha conseguido convertirse en un evento de masas gracias al esfuerzo de todos: distribuidoras, productoras, actores, actrices, directores… y por supuesto gracias al buen tino de la organización, que, poco a poco, ha ido creando un monstruo que en cualquier momento amenaza con devorarles: el año pasado las algarabías frente a los hoteles de Hugo Silva, Amaia Salamanca, Mario Casas… rozaron lo violento en ocasiones, pero el “star-system” es lo que tiene, y no nos vamos a quejar ahora también de que nos quieran.
Además, Málaga es mucho más que Antonio Banderas o Miguel Ángel Silvestre corriendo para resguardarse en un coche de la organización. Málaga es un escaparate maravilloso para todo tipo de producciones españolas: el año pasado, por ejemplo, en la Sección Oficial pudimos disfrutar de las magníficas Tres días con la familia, Amores locos o La vergüenza junto a productos más comerciales como Pagafantas o Fuga de cerebros. No sólo eso, en la sección paralela ZonaZine descubrimos 25 Kilates, con la impresionante Aida Folch o Ramírez, una joya sorprendentemente aún sin estrenar con actuación deslumbrante de Cristian Magaloni. Y para el que quiera emociones comprimidas: tres sesiones de cortometrajes con lo mejor del año en cine y en vídeo. Es decir, Málaga es como El Corte Inglés del cine español, hay secciones para todos los gustos y públicos. Un festival que tiene a Eduard Fernández en tres películas y que consigue que Pagafantas gane el premio de la crítica es un festival de calidad y divertido.
Habitación en Roma, de Julio Medem
La cosa no debería cambiar este año. En principio, el gran atractivo es la presencia de Julio Medem, primero como jurado y luego presentando Habitación en Roma fuera de concurso justo para la clausura. Habrá humor, como siempre, empezando por Nacho García Velilla y Que se mueran los feos, una película que combina actores de pedigrí como Juan Diego con fenómenos televisivos a lo Carmen Machi, Julián López o, por encima de todos, Javier Cámara, y siguiendo con Una hora más en Canarias, de David Serrano, acompañado de Quim Gutiérrez y Angie Cepeda.
Apetece ver también el regreso al cine de Vicente Molina-Foix con El dios de madera y la consolidación de Pau Freixas, siete años después de sorprender con Cámara oscura. Entre los nuevos realizadores –siempre un punto fuerte del festival- encontramos a Juana Macías, Rodrigo Rodero, Manuel González y sobre todo al prometedor David Pinillos, años y años trabajando de montador en distintas producciones –fue nominado este año al Goya por Gordos, de Daniel Sánchez-Arévalo- y que por fin tiene su oportunidad como director gracias a Bon appetit, con Unax Ugalde y su actriz-fetiche Xenia Tostado.
Algo más que glamour y caras guapas
El glamour lo pondrán las figuras del cada vez más amplio “establishment” español: los citados Cámara, Ugalde, Tostado, Gutiérrez, Cepeda, Anaya o Machi, más las bellezas despampanantes de Goya Toledo, Óscar Jaenada, Elena Anaya, Kira Miró, Elena Ballesteros, Eva Santolaria, Emma Suárez, Leticia Dolera o Michelle Jenner, la juventud insultante de una Nerea Camacho –Camino- y la experiencia de los Lluís Homar, Álex Brendemühl, Karra Elejalde, Pilar Bardem o Rosa María Sardá, todos ellos participantes en alguna de las proyecciones a concurso.
Aparte, Sardá será galardonada con el Premio Diario Sur a toda una carrera, el diseñador de vestuario Javier Artiñano recibirá el Premio Ricardo Franco y González López Gallego –Nómadas, El rey de la montaña-se llevará a casa el Premio Eloy de la Iglesia al director más prometedor. Unan a todo esto charlas casi diarias, coloquios, sorpresas, el Follonero montándole algún número a Antonio Banderas, treinta cortometrajes de los que quizá dentro de unos meses salga algún nominado a los Oscar, y se darán cuenta de que Málaga es una cita ineludible para saber qué demonios está pasando, qué ha cambiado para que el cine español se haya convertido de paria en estrella. Sin necesidad de recurrir a la playa, los boquerones, las noches en “El Liceo” y el buen tiempo, aunque tampoco haga falta evitarlos, por supuesto.
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*por Yaiza Santos*
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