sábado, marzo 06, 2010

Pepu Hernández y el DKV Joventut


Entrevisté a Pepu Hernández hace cuatro años y medio. Por entonces, él no había ganado un Campeonato del Mundo y yo ni siquiera tenía este blog. Comparen la trayectoria de cada uno desde entonces.

El caso es que "inventé" una entrevista a Pepu para poder conocerle. Convencí a mis jefes de El Semanal Digital de que estaría bien contar con las declaraciones del nuevo seleccionador de baloncesto y quedamos en un bar al lado del Ramiro de Maeztu, uno de esos bares de la plaza de la República Argentina que se ponían hasta arriba cuando nos íbamos de pellas.

Estuvimos charlando dos o tres horas. Baloncesto, baloncesto, baloncesto... Sabonis, Arlauckas, Herreros, Pinone, Winslow, Sergio Rodríguez, Carlos Suárez, Pau Gasol -por entonces sólo había un Gasol digno de ese apellido, recuerden-, Navarro, la Demencia, la directiva de Adecco y la nueva directiva de Bermúdez, el traspaso de Felipe Reyes, el frustrado de Carlos Jiménez... La condición fue que yo no publicara nada de lo que habláramos así que cerré la libreta y me puse a escuchar.

Luego hice ocho o nueve preguntas amables, copié las respuestas típicas y eso fue lo que salió en el medio en cuestión.

Desde entonces, he coincidido con él pocas veces. En partidos del Estudiantes, a los que él siguió yendo pese a ser seleccionador y desde luego cuando ya era ex-seleccionador. No al palco ni a una grada VIP: a su asiento de socio, al lado del de mis tíos. Nos saludábamos y yo le daba la enhorabuena por algo, normalmente siempre encontraba algún motivo. Nos quejábamos de la defensa del equipo y poco más.

Como entrenador siempre me ha parecido una maravilla. Pepu tiene el mismo problema que Del Bosque: como es un tipo tranquilo, didáctico, que sabe manejar grupos, la gente cree que no tiene recursos técnicos y lo fía todo al buen rollo. Los recursos técnicos de Pepu son tremendos. Lo demostró durante años en el Estudiantes, consiguiendo que un club casi en quiebra ganara Copas del Rey y jugara Euroligas, y lo demostró en el Mundial de Japón de 2006, especialmente en la final contra Grecia.

Mucha gente le culpó de la derrota en la final contra Rusia en el Europeo de 2007. Aquel partido fue un desastre. No sé qué responsabilidad tuvo el entrenador en ese instante concreto. Sí sé que, títulos al margen, España no ha vuelto a jugar tan bien como en esos dos años mágicos. Ha sido finalista olímpica y campeona de Europa, pero si uno hace memoria apenas le salen cuatro o cinco grandes partidos. Quizás es que al principio todo nos emocionaba más, también es posible.

El caso es que, un año y medio después de ser cesado vergonzosamente por la FEB, Pepu vuelve a los banquillos de la ACB. Recuerden la excusa de la FEB: "Pepu no puede seguir en el puesto porque ha fichado ya por el Unicaja". Excusa repetida mil veces por el diario Marca para desestabilizar primero y justificar después. ¿Qué hizo entonces José Luis Sáez? Fichar a Aíto García Reneses, quien, por cierto, había fichado ya por el Unicaja, y dejar a Pepu en el paro.

No sé qué esperar de su vuelta. De entrada, que todo le vaya bien. La cantera del Joventut tiene ahora mismo un potencial enorme. Vuelve a funcionar como en sus mejores años. Si algo ha demostrado Pepu es que sabe trabajar con los jóvenes, no solo dándoles minutos sino enseñándoles conceptos y actitudes. Honestamente, creo que se ha sido injusto con Sito Alonso, el anterior técnico de la Penya. Sito colocó a ese equipo en la Copa del Rey, está empatado con los puestos de play-offs y sigue vivo en la Eurocup. Todo eso después de que en los últimos cuatro años el Joventut haya perdido a Ricky Rubio, Rudy Fernández, Marcelinho Huertas, Lubos Barton, Jerome Moiso, Pau Ribas...

Pepu se encuentra con un equipo lleno de jóvenes y una sola estrella, Clay Tucker. Tiene que recuperar a los veteranos desmotivados -Sonseca, Bueno, Bogdanovic- y encauzar la carrera de los prometedores Tripkovic, Valters o Mario Fernández. El resto, es decir, los Norel, Franch, Tomás, Eyenga y canteranos restantes, serán los que determinen si el futuro del Joventut -y de Pepu- será más parecido a su pasado reciente o al pasado reciente del Estudiantes.

Toda la suerte del mundo para él.