Por supuesto, la FEB tiene un mérito indudable en el éxito de la selección española de baloncesto. Es un hecho que a España la han dirigido cinco seleccionadores en nueve años y todos han tocado medalla en los Eurobaskets. Además, el trabajo de cantera es sensacional, con multitud de medallas cada verano.
Eso no quiere decir que cualquiera sea prescindible. Pepu, desde luego, no es prescindible. Pepu es, junto a Aíto García Reneses, el mejor entrenador español. De largo. No sólo eso: ha demostrado que su perfil se ajusta al de seleccionador como anillo al dedo. El ninguneo al que se le ha sometido por parte de Sáez es incomprensible, terminando por el último episodio: el anuncio por parte del seleccionador de que abandonará el cargo después de los Juegos Olímpicos.
Por mi parte, la noticia no tiene nada de extraordinario. Pepu ya habría cumplido el ciclo Mundial-Eurobasket-Olimpiadas y sería lógico que dejara sitio a otro, para no estancarse en ilusión y hambre de títulos. Lo extraordinario es la reacción de Sáez, maleducada como siempre, y reprochando al ex del Estudiantes que eligiera el día de inicio de la Final Four para dar la noticia.
¿Y qué más da que fuera el día del inicio de la Final Four? "Podría haberlo dicho el lunes", afirma, soberbio, Sáez, mientras filtra a la prensa su enfado y posible destitución fulminante del técnico. Pues sí, podría haberlo dicho el lunes o el miércoles. O el viernes. ¿Y qué más da?, insisto.
En cuanto a la amenaza, quiero pensar que nadie es tan tonto. Sería muy tonto cargarse al campeón mundial y subcampeón europeo, al hombre del "ba-lon-ces-to" y afrontar en solitario una posible debacle olímpica. Desde luego, a Sáez le jodería volver a ver a Pepu ahí arriba, con el oro o la plata o el bronce, por segunda vez en la historia de la selección. Pero, si se lo carga y luego España se queda en cuartos -que es muy probable, porque el nivel es excelso- tendría que dimitir inmediatamente.
Es una apuesta demasiado fuerte. El solo hecho de que se la hayan planteado y paseado por todos los medios ya indica que determinadas cabezas tienen los humos muy subidos.