La querella contra Manu Chao por utilizar extractos de mensajes del metro de Madrid en su disco "Próxima estación: Esperanza" me parece ridícula. Por supuesto, Manu podría haber citado en el libreto los nombres de María Jesús Álvarez y Javier Dotú, pero su decisión de buscar dinero fácil a costa del éxito del disco es ruin.
La gente debería ser menos egocéntrica y valorar lo que tienen las cosas de homenaje.
No es que les haya copiado una frase o la haya citado sin mencionar de donde procedía, es que les ha copiado la voz, una voz que aparece cada día, cada minuto y medio, según uno venga de Canillas o de Arturo Soria por la línea 4. Dotú dice que quería "ver resarcidos sus derechos", pero admite que les han compensado económicamente.
Pues enhorabuena, que piensen en qué quieren gastarse el dinero y que les siente lo mejor posible.
La fiesta del aguafiestas
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[La Brújula (Opiniones ultramontanas), 3:05]
Buenas noches. Mi aguafiestismo profesional me obliga hoy a la tarea,
ciertamente desagradable, de arremete...
Hace 9 horas