Creo que lo he dicho ya otras veces, pero estoy harto de George W. Bush. Pongamos que, efectivamente, haya sido uno de los peores presidentes de la historia de los Estados Unidos, que sea zafio, inculto, agresivo, mafioso y con tendencia a la bebida. Que su entrada en la guerra de Irak fuera una cuestión de petróleo y oscuros intereses armamentísticos. Que se le pueda considerar -tal y como se apunta en "The Hoax"- el perfecto sucesor de "Tricky Dickie", esto es, Richard Nixon.
Bien, pues si todo eso es verdad, y hay muchas posibilidades de que lo sea, ¿por qué no nos sirve con aguantarle en la realidad, que tenemos que aguantarle también en la ficción continuamente?
Hoy, dos películas, dos referencias a Bush. Con estilos distintos, pero su omnipresencia resulta exasperante. Es un personaje odioso, de acuerdo, pues ya está, dejémosle donde está, total, le queda un año y un par de meses. Nada más.
Como decía, "The Hoax" o "La gran estafa" está llena de guiños al paralelismo Nixon-Vietnam / Bush-Irak, pero por supuesto no se queda sólo en eso. Resulta una película entretenida aunque Richard Gere acabe cansando un poco. Sale en cada plano de la película. La historia -basada en hechos reales- da bastante de sí, es muy del estilo de "Atrápame si puedes": un desvergonzado y sus múltiples mentiras para conseguir su objetivo.
Sólo que, como dicen los Stones, "you can´t always get what you want".
Por cierto, han empezado las crónicas en Almiar. En rigor, empezaron con la previa, pero si quieren ver un resumen de estos tres días -que, por otro lado, ya tienen aquí- pueden ir a este enlace.
La fiesta del aguafiestas
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[La Brújula (Opiniones ultramontanas), 3:05]
Buenas noches. Mi aguafiestismo profesional me obliga hoy a la tarea,
ciertamente desagradable, de arremete...
Hace 9 horas