martes, diciembre 18, 2007

Lichis, Depedro y Guillermo Varona


No me acordaba de lo importante que eran para mí las canciones de Lichis. O no me acordaba del todo al menos, sólo un vago recuerdo, una sensación que iba y venía cuando sonaban en el iPod. Por eso la emoción al verlo ahí, a apenas tres-cuatro metros cantando "Antihéroe", "Gracias por nada", , "Como Penélope en la Estación del AVE", "El malo de la película" y el borde de las lágrimas cuando me dedica "Hotel Lichis", una de mis canciones favoritas de todos los tiempos.

Bueno, me la dedica a mí, o eso cree él, porque en realidad menciona a Guillermo Varona -"no me sé el apellido, pero me sé el de la familia-. Es la tercera vez en el día que me llaman Guillermo Varona, lo cual podría sugerir un cambio de nombre artístico como homenaje a mi abuela, pero, también, me convertiría en alguien que no soy. Y ser quien soy ya me cuesta lo suficiente como para intentar ser el que los demás esperan.

Así que "Hotel Lichis" con una dedicatoria preciosa: "No hay nada como leerse un libro en el que uno sale citado 50 veces". Probablemente, Miguel Ángel exagera y no sean 50, pero más de 25 sí. Lo dicho: ese disco, ese tipo fue mi vida durante muchos meses y hasta bien poco lo seguía siendo. Cada mañana me levantaba con un recopilatorio de sus dos primeros discos en cinta. En mi antigua casa. En un radiocassette destartalado que de repente dejó de funcionar.

Como todo lo demás.

Gran concierto de Lichis, completamente eufórico en su irónico debut en Libertad y gran concierto de Depedro, el grupo del ex-cantante de La Vaca Azul si no entendí mal. Gran tipo el Indio, por cierto. Tremendamente entrañable. Un público entregado y momentos de algarabía al estilo Hanna. La Chica Portada algo ausente, como cuando te invitan a un cumpleaños que no es el tuyo. Ausente pero presente, claro. Y su mano en mi mano, cogiéndome fuerte, como si con sus 23 añitos y medio ya supiera exactamente lo que tiene que hacer en cada momento.

Y lo terrible es que a veces uno piensa que es verdad.

Como despedida, más besos y abrazos. Lichis es un tipo que necesita besar y abrazar para olvidarse de las depresiones. Lichis es un genio, sin discusión. Uno de los más grandes de entre los grandes. Y nosotros estamos ahí, intentando cuidarle en lo que podemos, intentando animarle, dejándonos querer como él nos quiere, a su manera.