Lo que pone de acuerdo a Víctor Pérez de Albéniz, Jaime Peñafiel y "Aquí hay Tomate": el revuelo por las fotos de Lady Di agonizando es absurdo y decadente.
No lo entienden.
El problema no es que se saquen fotos de alguien agonizando -efectivamente, eso se ve después de cada bombardeo, aunque pareciera que ahora las bombas explotan sólo en el Líbano-, el problema es que las saquen los que perseguían al coche, los que acosaron a la pareja hasta que acabó empotrándose contra una columna y los que -presumiblemente- se habrán llevado un dineral asombroso por eso.
Cuando sucedió aquello, ya se rumoreaba que los "paparazzi", en vez de ayudar a los moribundos, se habían dedicado a sacar fotos que luego no habían podido vender. Lo negaron rotundamente y se llevaron las manos a la cabeza. Excepto alguno, que venía a decir "es nuestro trabajo", como un empleado de la familia Corleone.
Nueve años ponen a cada uno en su sitio. No es la foto, ni siquiera es el fotografiado. Es el fotógrafo.
Una vidente usa su bola de cristal para ver la próxima temporada de Juego de Tronos
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Cansada de sintonizar con el aburrido y breve futuro de las ancianas que
acuden a su consulta, una vidente ha empezado a usar su bola de cristal
para ver l...
Hace 1 hora