Mai tiene una manera de enfrentarse al mundo muy parecida a la mía. Por eso nos llevamos bien desde la distancia. Sabemos lo que hacemos bien y nos abruma el reconocimiento. Los dos hablamos con exaltación de la gente con la que nos encontramos y nos fascina el hecho de que pueda haber centenares, miles, decenas de miles dispuestos a leer/escuchar algo nuestro.
La modestia de Mai, sin embargo, es mucho menos razonable. Ha compuesto casi ella sola un disco formidable y una multinacional ha apostado decididamente por su proyecto. En su blog escribe sobre el concierto de Las Ventas, envuelta aún en una especie de sueño eufórico: "¿Estuve a punto de cantar una canción con Dani Martín?"
Perdone, joven, es exactamente al revés: Dani Martín estuvo a punto de cantar una canción con usted.
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