"... De vez en cuando, Odile se pega a él, delante de sus amigas. Y en cuanto las amigas se alejan, se separa. Él no le gusta, le gusta él delante de su, de ella, grupito de chicas. Se siente viejo y feo en un mundo joven y hermoso. La sujeta por la muñeca y se enfada:
- Las calientabraguetas de 18 años resultan patéticas.
- Menos que los diverciados de 33.
- Lo único que no podré cambiar aunque me lo pidas, es mi edad.
Persigue a un montón de chicas guapas para no tener que preguntarse por qué persigue a un montón de chicas guapas. Conoce perfectamente la respuesta: para no tener que quedarse únicamente con una." Frederic Beigbeder, 11.99
#41 Lo que hay que leer
-
Neurociencia del desamor
La caloría no poética
La guerra de Céline
El arte de hablar en público…
Hace 2 horas