sábado, diciembre 06, 2014
Pablo Iglesias en el Canal 24 Horas
La encuesta de Metroscopia para El País: en mi opinión, sorprendente. Un 27,5% para el PSOE, un 25% para Podemos y un 20% para el PP. La parte del PP difícil de creer, la del PSOE casi más. El titular me resulta algo cómico, ese "Podemos pierde fuelle" con los resultados tan impresionantes que sigue cosechando. Si después de "exponer líderes y planes" está en esas cifras, el bipartidismo tiene un serio problema, como ya se está viendo en este "bueno, la Constitución, en fin, si nos ponemos de acuerdo y depende de para qué...". La agenda en manos ajenas, vaya.
Sinceramente, tras el mes que los medios privados le llevan dando a la coalición de Pablo Iglesias -sin entrar a juzgar si ese trato se lo han ganado o no- y sus propias torpezas, el resultado me parece excelente. El otro día le anunciaba de nuevo a Daniel Arjona el fin de Podemos y la realidad se empeña en golpearme, como a Lars Von Trier en "Muchachada Nui". Lo curioso de la encuesta, además, es que todos los demás partidos suman un 27,5% de los votos. Es un escenario nunca visto, acostumbrados a que PP y PSOE sumen un 80% o más en cada convocatoria. Esta vez se quedarían, como ya les pasó en las europeas, por debajo del 50%.
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Noche agitada en las redes sociales tras la entrevista a Pablo Iglesias en La Noche en 24 Horas, que supongo que debió de batir todos los records del canal, incluso en un viernes de puente a las 22,30. Es un programa al que estoy habituado y no me sorprende el disparate intelectual al que asistimos. Este mismo espacio lo dirigía Vicente Vallés en los tiempos de Fran Llorente y después pusieron a Ana Ibáñez, que no lo hacía nada mal hasta que la echaron y decidieron que presentara el mismo director de la cadena, Sergio Martín.
Hasta ahora, no había apreciado un sesgo brutalmente ideológico en el programa y lo de ayer tampoco fue ideología, fue la típica caza torpe de la derecha cuando se pone farruca. No solo rodearon a Iglesias de tres contertulios y un torpísimo presentador sino que se sacaron de la manga a un experto que tardó como un minuto y medio en explicar que lo que dice Podemos en economía no se puede hacer y punto, que no hay más que hablar. Un minuto y medio sin una explicación medianamente sosegada detrás, que seguro que la hay, pero que la dejarán supongo para otro programa.
Añadan al que elegía los tuits. Madre mía, el que elegía los tuits.
Por lo demás, Pablo Iglesias se defendió con su habitual destreza. Se mueve en la superficialidad como un maestro y su capacidad dialéctica está fuera de toda duda. También es cierto que la encerrona era digna de los malos de las películas de Van Damme: Alfonso Rojo y Graciano Palomo. Puestos a convertir la televisión pública en un coto privado, ¿no tenían nada mejor, en serio? Y, para culminar, el director del canal dándole la enhorabuena porque han liberado a Santi Potros. Antología del disparate.
Con todo, lo que más me disgusta es el tonito. Ese "tú, ese "vosotros". Creo que fue Verónica Puertollano la que dijo que Adolfo Suárez le había devuelto el "usted" al pueblo español frente al paternalista tuteo del franquismo. Algo así contó Arcadi Espada en un artículo, puede que me equivoque . La vuelta de ese tuteo hacia el secretario general de una fuerza política que parece aglutinar al 25% de los votantes es la vuelta a un ninguneo que molesta. Impensable no ya en el debate con Pedro Sánchez o Mariano Rajoy sino con el más incompetente de los concejales de distrito de PP o PSOE. No me imagino un mejor ejemplo para definir lo que es "la casta" y lo raro es que no lo utilicen nunca. Supongo que en parte ellos mismos se sienten cómodos en el paternalismo.
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Después de afeitarme en la barbería de la calle Sagasta bajo por la calle Ruiz hacia la plaza del 2 de mayo. Es jueves, no han dado las ocho de la tarde pero el Colonial está cerrado. Me parece raro. En mis tiempos, en mis buenos tiempos, ese bar siempre estaba abierto, a todas horas. Íbamos los domingos si hacía falta a poner copas junto a Fede, a repasar la semana jugada a jugada como si aquello fuera Estudio Estadio.
Es increíble que aquel chico fuera yo y que a la vez fuera tan feliz. El Colonial como condición de posibilidad de cualquier cosa. Copas en Nochebuena, corriendo después de la cena familiar, como un yonqui. Ahí nos criamos y ahí crecimos y fuera de ahí nos ahogamos como peces sin agua. Tengo poca tendencia al arrepentimiento pero si tuviera que volver a vivir todo lo que viví en ese lugar lo haría mil veces, de pocas cosas estoy más seguro.
Los mejores años, el "acmé", que decían los griegos. Aquello no era ética, era estética, y nosotros éramos tan jodidamente hermosos...