miércoles, diciembre 17, 2014

Carta a todas tus catástrofes



Leo en la contra de "El Mundo" una sección que repasa los tuits más destacados del día anterior. No sé muy bien qué pensar en general sobre el hecho de que un periódico incluya tuits en sus páginas: me van a permitir que sea un poco conservador al respecto pero si quisiera leer tuits igual me bastaba con encender el ordenador y si quisiera leer una buena recopilación de tuits para no gastar demasiado tiempo, igual necesitaba algo más que siete párrafos. La función del periódico probablemente sea no ser Twitter; hasta cierto punto, incluso, competir contra Twitter y mostrar así su valor añadido, algo por lo que merezca la pena pagar 1,40 euros cada mañana incluso cuando no quieres utilizar el papel para envolver copas durante una mudanza.

Buena parte de la crisis del periodismo, especialmente el periodismo de papel y con esto no me refiero a cuestiones morales a lo Aaron Sorkin sino a despidos, EREs y cierres masivos de cabeceras, tiene que ver con su indefinición con respecto a las nuevas tecnologías. El "diario", como su propio nombre indica, te pone al día. El problema es que ahora, para cuando lo compras, el día ya ha pasado y lo que necesitas es que te expliquen, que te ordenen, todos los impactos que te han llegado por mil lados distintos. Un poco de cordura en el desbarajuste. Si quieren, una visión del mundo que tenga sentido.

Otra cosa es que Twitter, como fenómeno, merezca una sección diaria. Puede ser. Twitter es un bar de borrachos agresivos en demasiadas ocasiones y los bares de borrachos agresivos son magníficos para buscar noticias. Lo interesante de Twitter es su punto alternativo, es decir, lo que no aparece en los grandes medios. Las microcomunidades que se forman y los pequeños diamantes entre el estiércol. No me parece que tenga ningún sentido que los dos primeros tuits que aparecen en la sección sean de periodistas que ya tienen su sitio en la televisión. Si quisiera saber la opinión de Marta Rivera de la Cruz o de Manuel Marlasca sobre Willy Toledo lo normal sería que les encargara un artículo y se lo pagara .

Pero no hay dinero, claro.

*****************

Me llama Pancho para invitarme al concierto que da junto a Julián Saldarriaga y Santi Balmes, de Love of Lesbian, esta noche en la Joy. No me queda más remedio que decirle que no: tengo un hijo, mi mujer estará con sus padres hasta las 21,30 y a esa hora tenemos que firmar nuestro nuevo contrato de inquilinos en la calle Clara del Rey. Es una negativa dolorosísima: le tenía echado el ojo al concierto desde hace semanas, me parecía una excusa ideal para conocer a Santi y a Julián y para que la Chica Diploma disfrutara de uno de sus grupos favoritos.

Sin embargo, la vida es así y Pancho lo entiende: "Es lo que tienen los hijos", dice, y yo asiento mientras corro para dar otra clase de inglés, esta vez en Nike, porque el piso, además de firmarlo hay que pagarlo.

Pienso en Love of Lesbian, en los años que nos separan de su "Carta a todas tus catástrofes" y todo lo que ha sucedido en medio, que no ha sido poco. En la crónica del periódico hablan del éxito de "1999" y cómo les consiguió su primer disco de oro. Efectivamente, "1999" fue un fenómeno inesperado que les llevó de gira por toda España durante algo así como dos años y creó un extraño vínculo sentimental con sus fans, entre los que me incluyo. Un efecto John Boy, por llamarlo de alguna manera.

Otra cosa es que un disco de oro sea sinónimo de algo ahora mismo, que creo que lo dan con 20.000 unidades vendidas; muchísimo, dados los tiempos, pero prácticamente nada si se compara con los años 80 o 90. La depauperación de todo. Lo comento con la Chica Diploma y a los dos nos inunda una profunda melancolía. La única solución que se nos ocurre es que Santi nos firme un autógrafo y, como nos da algo de vergüenza, que se lo dedique a nuestro hijo. Así se lo ponemos junto al de Roger Federer.

******************

El Estado Mental me pidió que hablara de los 25 años de los Simpson y yo acabé escribiendo sobre David Letterman, el paso de los 80 a los 90, Smashing Pumpkins, Hole, la generación X y Seth MacFarlane. Para no resultar repetitivo, más que nada.